Sábado 17 de mayo del 2003.
El cielo es muy azul el día de hoy. Podemos verlo a través de la ventana. Hay una niña mirando hacia afuera. Lleva un vestido color azul impecable, unos zapatos brillantes y un lazo enorme. Su nombre es Rydel Miller.
Una bandada de pájaros negros cruza el cielo a toda prisa. Ella sonríe.
Un hombre llama a su hija desde el jardín. En una mano tiene una enorme caja de regalo. Con la otra mano busca torpemente las llaves del auto en su bolsillo. Él es Thomas Miller.
Rydel Miller baja las escaleras y sale al jardín, donde sus zapatos contrastan con el pasto verde recién cortado.
El señor Miller le abre la puerta del auto a su hija y la acomoda junto con el enorme regalo. Cierra la puerta, enciende el auto y se alejan.
Hoy es el cumpleaños de Sussane Henly, una de las niñas con las que Rydel va al primer grado. En su jardín hay globos y banderines, un saltarín, una piñata y una mesa con un montón de golosinas. Un pastel de chocolate enorme en el que se lee "Feliz Cumpleaños, Sussy" está sobre la mesa decorada.
Los niños han empezado un partido de soccer, y Rydel los mira emocionada. Las niñas se han ido a jugar con las tacitas de té, pero Rydel quiere ser parte del equipo de fútbol. Los niños la incluyen. Rydel es muy buena jugando, pero no puede evitar darle una patada en la rodilla a Justin Fitzgerald, empujar a Trevor Reed, tropezar con Dylan Thompson, y darle una balonazo en la cara a Stuart Fletcher.
Rydel es sacada del partido. Furiosa, y con el vestido sucio, se sienta en una de las mesitas de té. Ella no quiere estar ahí. Sussane Henly le cae bien, pero el resto de niñas le parecen unas tontas. Rydel apoya la cabeza sobre una mano mientras frunce el ceño.
—Qué curioso —dice una voz aguda. —Pareces un regalo.
Rydel Miller levanta la cabeza para ver quién le está hablando. Es un niño de cabello alborotado, tan negro como la noche y de piel tan blanca como la nieve. Rydel sabe que es un niño nuevo en el vecindario. Él es Louis Evan.
Rydel se mira el enorme lazo que lleva en la cabeza y se lo quita avergonzada.
—Me lo ha puesto mi papá.
Louis Evan sonríe.
—¿Estás sola?
Rydel mira a su alrededor. Nadie está sentado con ella. Nadie más se había acercado a ella.
—Me han echado del equipo de fútbol.
—Lo he visto —Louis Evan ríe —.Eres muy buena ¿eh?
Rydel sonríe.
—Soy el mesero —dice el niño —.¿Qué te sirvo?
Ambos sonríen.
—Me llamo Louis.
—Y yo soy Rydel.
ESTÁS LEYENDO
Azul y Negro.
Chick-LitClifton, Nottingham. Rydel y Louis se conocieron un día de primavera en el jardín de Sussane Henly. Desde entonces han compartido todos los momentos de su vida: Se volvieron inseparables. Todo parece estar bien cuando están junto al otro, hasta que...