Capitulo 22.

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Abro los ojos y entonces deslizo ambas manos por mi rostro quitando el rastro de lagañas,me quedo quieta cuando me doy cuenta que las esposas no están,pero me altero aun mas cuando no siento la superficie del sofá donde me había quedado en la noche,la idea de que este en cualquier parte de un bosque junto a esos psicópatas me aterra.

-¿Que te pasa? 

Giro la cabeza hacia mi derecha y veo al chico sentado en un banquillo viéndome desde arriba,entonces caigo en la cuenta de que no estoy en un bosque,ni con esos psicópatas,si no tirada en el suelo,suelto todo el aire que estaba conteniendo y me incorporo,paso las manos por mi cabello grasiento y hago un intento de sonrisa que queda mas como una mueca.

-Esta mañana intente despertarte.-Se queda callado.-Pero no pude.

No digo absolutamente nada y lo miro esperando a que llegue a la parte donde desaparecen las esposas de mis muñecas,gira el banquillo y toma detrás de el las esposas y me las enseña,abiertas e intactas.

-Es increíble lo que un pasador puede hacer.-Vuelve a dejarlas tras de el y me mira tranquilamente.

Mi vista se posa en mis manos que se encuentran sobre mis rodillas y reparo en lo mugrientas que están,mi pantalón esta rasgado y sucio,toco mi cabello con una mano y este esta duro y chicloso,mis zapatos están apunto de romperse del talón y mi piel esta llena de suciedad,el chico parece notar como me escaneo con asco y entonces se pone de pie.

-Te pediría que te largaras.

Capta todo mi atención,pues no tengo a donde ir y por mi apariencia nadie mas querría tenerme cercas.

-...pero...-Se queda pensativo.-...tienes algo que me puede servir.

Frunzo el ceño desconcertada.

-Afortunadamente no creo que sea problema para ti.

-¿De que hablas? -Musito bruscamente.

-Sígueme.

Se da la vuelta y veo una calibre cuarenta y cinco sobresaliendo de la cintilla de sus vaqueros,me inquieta bastante pero lo sigo por detrás sin mencionar ni una palabra,abre una puerta y es una habitación común y corriente,mete la mano debajo de la cama y jala una palanca,trayendo consigo un cajón debajo de esta,millones de billetes,perfectamente apilados se encuentran allí,me mira con la misma expresión tranquila de antes.

-¿Que dices?

Me quedo muda por el simple echo de no saber a que demonios se refiere,pero mierda se exactamente a lo que se refiere,pero no se que decir o siquiera pensar,la idea no parece tan mala después de todo ya estoy metida en grandes problemas.

-¿A que te refieres?

-Al dinero. 

-¿Hablas de drogas? 

Me desespero cuando solo sonríe de lado.

-Hablo del trabajo sucio.

Empiezo a exasperarme porque no me dice exactamente que es lo que quiere,me ve esperando una respuesta pero cuando ve cuan confundida estoy suspira pesadamente.

-Ayer llegaste aquí con unas esposas escapando de la policía,al vecindario mas tranquilo que se te pudo haber ocurrido y por ¿homicidio?

Eso ni siquiera responde mi pregunta y estoy apunto de gritarle que me diga de una maldita vez.

-Hablo de matar personas. 

No digo nada,el aire abandona mis pulmones y solo lo miro con cierto temor.

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