—¿¡Qué diablos estáis haciendo!? —gritó Ross.
Ya sabía que alguien nos encontraría en esa situación tan comprometida, lo que no sabía era quién lo iba a hacer... Yo hundí mi cabeza en la almohada de Riker y le dije a él:
—Ya sabes, como acordamos, tú se cuentas todo.
—Lo sé —me susurró y luego aumentó su volumen de voz para que Ross lo pudiera escuchar—. La estaba haciendo un masaje porque le di dolor de espalda.
—¿Por qué será que no te creo?
—Porque eres muy estúpido y desconfiado, para empezar. Lo peor es que a veces puedes ser la persona más ingenua existente...
—¡Oh, mira! ¡Aquí empezó a hablar el señor perfecto!
—Mira, tú te callas, enano de mierda.
—¿Enano yo?
—Sí. Mides menos que yo y yo te saco cuatro años. Así que te callas.
—Tú no eres nadie para decirme lo que debo y lo que no debo hacer.
—Yo —dijo remarcando el «yo»— soy quién hace lo que quiere. Yo soy quién para decirte qué debes y qué no debes hacer. Y yo, como hermano mayor, te digo que te calles, mocoso.
—¿A quién le has dicho tú mocoso?
—¿Queréis parar de pelear de una vez?—intervine yo gritando para llamar su atención. En ese tiempo, me puse bien la camiseta y me senté en la cama—. A ver, habéis empezado una pelea por un dichoso masaje. mira, Ross, te lo voy a explicar todo para que no te pongas celoso de tu propio hermano —y, ¿cómo no? Éste se sonrojó—. Le hice lo de la nariz y me dio dolor de espalda porque me tenía que poner de maneras raras, entonces, me pedí a Riker que me hiciese un masaje y me lo hizo. Por cierto, Riker hace masajes que te mueres. Y eso es todo. No te vas a morir por eso.
—Uno, no estaba celoso; y dos, ahora todo tiene más sentido.
—Seguro, Ross —le dije sarcástica—.
Después de una «discusión» entre Ross y yo respecto a lo celoso que es y de lo celoso que se pone cuando estoy con alguno de sus hermanos, mi madre y los padres Lynch propusieron ir por la zona a caminar y conocer Littleton.
—Bueno, en todo lo que lleváis aquí, mo habéis visitado Littleton.
—¡Yo sí! —le dije a Mark.
—¿En serio? —me respondió Mark sorprendido.
—Sí. Cuando Riker y yo nos conocimos, visitamos un poco la zona.
—¿Y os vendríais a visitar la zona? —intervino Stormie.
—¡Yo sí! A un par de calles hay una chica que está buenísima. A ver si consigo ligar con ella —dijo Ryland—.
—¡Qué mujeriego! —dijimos Rydel y yo a la vez.
—Bueno, bueno, ¿quién más viene? —preguntó Mark para evitar otra pelea.
—Di que no, Cath, por favor —me susurró Ross—.
—Yo no, lo siento. Es que la caminata de cuatro horas y pico que nos hemos hecho Ross y yo —le mandé una mirada asesina para que fuese más creíble y él rió un poco— me ha matado. Hemos huido de borrachos asesinos y de pedófilos violadores. Tan sólo me faltaba el dragón para completar el lote. Me puedo quedar con Ross, que él también está exhausto.
—Sí. Y tienes razón con lo del dragón. Pero tú tranquila, que aquí está tu salvador —dijo y todos reímos—.
—Vale. ¿Quién se queda y quién se va?
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Freaking life (Ross Lynch)
FanfictionMi historia empieza terminando el instituto, cuando vuelvo a casa, mis padres me dan la que, para mí, fue la peor noticia de mi vida: ¡me tenía que mudar por cuestiones de trabajo de mi padre! Dejé Newark y me dirigí a mi nuevo destino, donde cambia...