Capítulo dos

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Paso una semana más y era evidente el cambio entre Thorin y Bilbo.

Cada mañana el enano recibía con honores al hobbit al llegar al desayuno y no dejaban de charlar incluso de los temas banales. En múltiples ocasiones todos quedaron estupefactos al escuchar al heredero de Erebor reír sincera y tranquilamente mientras el saqueador se sonrojaba. Cada tarde paseaban o iban a la biblioteca de Lord Erlond y por las noches Thorin lo tomaba de la mano para llevarle a su habitación donde se despedía con un tierno y corto abrazo acompañado de un suave beso en la frente.

El pequeño hobbit no podía refrenar aquel sentimiento, aquel calor abrazador que crecía desde su pecho y parecía extenderse desde cualquier parte de su cuerpo que el enano llegaba a tocar.

-¿Esto es amor?- se preguntaba cada noche dando vueltas en la cama. Y es que el pobre nunca había sentido nada igual y le resultaba difícil y confuso interpretar su sentir. Pero una noche Bilbo se descubrió deseando los labios del otro, recordó la ocasión que encontró a Dwalin y Ori besando y se sonrojo al imaginarse de esa manera con Thorin, con esa pasión y devoción, se sorprendió al soñar con las manos del enano vagando por su cuerpo desnudo, besando su cuello y pecho, fue ahí cuando el joven Bilbo tomo la decisión.

Por la noche caminaron tomados de la mano al umbral de la habitación como cada día, pero Thorin notaba al pequeño algo nervioso

-Buenas noches Taerin- susurro abrazándole y beso su frente inhalando aquel dulce aroma. En el momento que el enano se separaba sintió los brazos del más pequeño aferrarse a su cuello, al bajar el rostro para mirarle no pudo evitar sonreír al ver cuán sonrojado estaba y sin poderse contener levanto su mentón y beso despacio aquellos tiernos y suaves labios que se movieron en sincronía con los suyos.

Cuando el aire hizo falta se separaron mirándose a los ojos

-Oh, Taerin- susurro Thorin besando sus mejillas, sus parpados y su nariz.

-Ven- murmuro el hobbit tomándole de la mano y lo condujo al interior de la habitación. Por supuesto que el enano no podía creer lo que estaba pasando y se dejó guiar sin decir nada hasta que ambos quedaron sentados en la orilla de la enorme cama

-Bilbo- susurro al fin

-Shhhh... es... amm... ujum... es nuestra última noche en Rivendel y no sé cuando estemos solos de nuevo- confeso sonrojado y mordió su labio con nerviosismo

Eso fue demasiado para el enano, quien sin poder resistirse a la tierna y seductora inocencia del otro se arrojó a besarle con desesperación. Sin saber de dónde ni como el hobbit se armó de valor y tomo el cabello del otro intensificando el beso mientras se recostaban en la cama.

Sus respiraciones se fundieron en una sola mientras Thorin le acariciaba y se deshacía de sus ropas sin cuidado alguno, cada terminación nerviosa del joven Bolsón parecía cobrar vida una a una haciéndole conocer sensaciones que creía simplemente imposibles

-Thorin.... Thorin.... Ahhh- gemía al sentir las manos del enano tomarlo con fuerza y sus labios degustar y marcar cada palmo de piel que tenía disponible.

-¿Estás listo?- susurro abriendo sus piernas y colocándose entre ellas mientras su mano masajeaba el miembro semi erecto del hobbit

-Si.... Hazlo- contesto aferrándose a sus fuertes brazos y gimió con fuerza al sentirlo en su interior

-Te amo- susurro Thorin contra sus labios y comenzó a moverse lenta pero profundamente haciéndole ver estrellas

-Aaahhh...

El hobbit: Un amor inesperado (An unexpected love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora