Capítulo cuatro

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Una vez que Bilbo y Oin consideraron que Thorin había sanado partieron con ayuda de las águilas, los dejaron en terrenos "seguros" y ellos prosiguieron su viaje a pie hasta llegar a la morada de Beorn el cambiapieles quien les ayudo con ponys y provisiones suficientes.

Pasaron varios días en aquel lugar y a decir verdad estaban nutriéndose y preparándose para la siguiente etapa del viaje. Dwalin y Balin estaban al pendiente de Bilbo quien parecía haber sufrido diversos cambios, su carácter se había fortalecido y ya no parecía tan frágil, pero sobretodo le notaban distinto con Thorin, era muy cuidadoso y se preocupaba por su pareja pero se podía notar la gran brecha entre sus sentimientos y los del enano, y tanto a Dwalin como a su hermano les preocupaba haberse dado cuenta de que el hobbit no le amaba de la misma manera... y que Thorin no fuera consciente de ello.

El viaje prosiguió y la compañía se internó en el bosque negro dejando libres a los ponys, a todos les preocupaba que Gandalf no les acompañara, sin embargo sabían que debía de tener sus motivos:

-Eres tu quien tendrá que cuidar a estos enanos en mi lugar- había dicho el mago antes de abandonarles y Bilbo no dejaba de lamentarse mientras caminaban en fila por el único sendero del bosque negro. Los días pasaban y poco a poco el hobbit se fastidiaba, la comida escaseaba y por las noches al dormir en brazos de Thorin sentía que la oscuridad lo asfixiaba. Cazaron una ardilla pero esta sabia tan mal que decidieron no volver a cazar en esas tierras. Fue entonces cuando llegaron a las orillas del rio y solo pudieron cruzarlo con ayuda de la aguda mirada de Bilbo ya que solo el noto la existencia del bote que ahora ocuparían

-Tú vendrás conmigo Taerin- declaro Thorin- y Fili, Dwalin y Ori. Después Balin, Kili, Oin, Gloin y Dori, después Nori y Bifur, y al final Bofur y Bombur

-Yo siempre soy el último- se quejó Bombur

-Pues no deberías estar tan gordo- contesto Thorin mientras Fili tiraba un gancho al otro lado del rio. Todos obedecieron y cruzaron, pero no todo salió bien, aun no terminaba de cruzar Bombur cuando un alto ciervo salto asustándoles, haciendo que el enano cayera al agua, Bilbo grito en busca de auxilio pues su regordete amigo se ahogaba. Fue así como por dos días (e incluso un poco más) tuvieron que cargar al pobre Bombur inconsciente ante el hechizo de aquel lúgubre rio.

Cuando estaban a punto de perder toda esperanza el hobbit decidió trepar (o más bien le obligaron) a un alto árbol, una vez en la cima, Bilbo se maravilló con la brisa y las mariposas, sin embargo aquel bosque enfermizo se extendía más y más. Por la noche se terminaron las provisiones y la desesperación se apoderaba de ellos cuando de la nada vieron unas extrañas luces que decidieron seguir (ojala no lo hubieran hecho)

Cada vez que seguían las luces e interrumpían en el banquete elfico la oscuridad reinaba de nuevo confundiéndolos, tanto fue así que el pobre Bilbo se perdió buscando a sus compañeros y fue a dar a la red de una enorme y horrenda araña. El hobbit se agito intentando el cruel aguijón y recordando su espada la desenvaino liberándose y matando a la horrible criatura de dos certeros golpes.

El joven saqueador salió en busca de sus compañeros bajo la protección de su amado anillos, entonces escucho gruñidos horrendos y dio con una enorme y asquerosa telaraña repleta de esos seres repugnantes. Al notar que estaban a punto de devorar a sus amigos lanzo piedras y comenzó a cantar, las arañas confundidas le buscaron por todos lados y se guiaban en vano por su voz. Bilbo trepo y libero a Fili, quien le ayudo a soltar a los demás y así los enanos huyeron mientras el hobbit se deshacía de los arácnidos

-¡Sr. Bolsón!- grito Kili una vez a salvo-Estaré eternamente a su servicio, ¡le debo la vida!

-Tenía que hacerlo- le contesto Bilbo con una sonrisa mientras le toma del hombro

El hobbit: Un amor inesperado (An unexpected love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora