Preguntas

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"El vaivén que el auto en movimiento hacía a causa de la irregularidad en el terreno, hacía que Cass se golpeara constantemente.

Pero no podía hacer mucho. Tenía sus manos y pies atados fuertemente y un pañuelo enrollado sobre sus labios para que evitar que gritara. Sus rodillas desnudas dolían con cada golpe en el baúl del auto y podía sentir la sangre pegajosa en su cuero cabelludo, allí donde la habían golpeado.

Había estado inconsciente por unos minutos, quizás horas, no estaba segura. Y a juzgar por el entumecimiento en su cuerpo, llevaba tiempo atada. Reprimió los deseos de llorar y trató de enfocarse en la respiración que de por sí era dificultosa con ese pañuelo pegado a su boca.

No iban a matarla, eso era seguro. Había sido perseguida durante meses para que todo terminara de esa manera; ellos querían algo que su padre tenía y pensaban usarla como garantía para que cumpliera su parte del trato. Qué era lo que querían, eso no lo sabía pero estaba segura de que L si y por eso algo en ella confiaba en que las cosas saldrían bien.

Pero tenía miedo, joder. Estaba tan aterrada que apenas podía concentrarse en respirar. No iban a matarla, pero podían sucederle miles de cosas a manos de esos tipos antes de que llegaran a ese punto.

Cerró los ojos y trató de calmar su corazón desbocado. El miedo se esparcía como ácido por cada célula de su cuerpo mientras buscaba una manera de escapar.

¿L había sentido ese mísmo terror? No estaba segura. El solo hecho de imaginarlo con miedo apenas tenía sentido en su mente pero lo poco que conocía de su pasado era justamente una experiencia que Cass estaba viviendo ahora.

Se preguntó si ella también oiría las campanas que él tanto deseaba silenciar. Y si después de todo lo que le sucedería no podría quitarlas de su mente nunca más."


12 de Diciembre de 2003

Cass despertó con un grito ahogado, las imágenes enterradas en su memoria ahora inundaban su visión aunque hacia tiempo que no sentía los dolores del pasado. Aún así, su corazón latía igual de fuerte que aquella vez y el miedo había tapado sus oídos por unos segundos.

Sin embargo se recompuso casi de inmediato. No podría decirse que estaba acostumbrada a esos sueños pero Cass sabía muy bien como separar el pasado con su vida en el presente. Vivir de los recuerdos sólo lograría que terminara sumida en la tristeza y la nostalgia y no podía darse el lujo de hacerlo.

No podía cuidar de L si se dejaba llevar por sus oscuros sentimientos.

Se sentó en la cama en la que dormía. Un frío inmediato inundó su cuerpo y se dió cuenta de que se había dormido vestida. Buscó con sus manos su celular entre las sábanas y cuando lo encontró, lo abrió para ver las novedades.

Nada.

Su contacto o bien podría estar buscando información sobre los rostros de los sospechosos o bien podría estar muerto. Se inclinó por pensar que estaría dormido, en el mejor de los casos. Trabajar para Cass siempre era complicado, ella nunca dejaba escapar información vital y por lo tanto, sus contactos tenían que trabajar igual de duro.

-Mierda- musitó llevándose el rostro a sus manos, buscando un poco de paz en sus recuerdos.

No había necesidad de pensar en el pasado, en lo que podría haberse evitado, en las vidas que se llevaron las decisiones. Era una pérdida de tiempo, tiempo que Cass no podía desperdiciar.

Se levantó dando un suspiro cansino. Le hubiera gustado más volver a dormir pero raras veces lo conseguía luego de una pesadilla. Simplemente estaba demasiado asustada para volver a hacerlo. Revivir lo que pasó hace años no era bueno, pero cuando la acosaban en sueños por varias oportunidades, era aún peor.

Herejes - (Saga Los nombres de Kira) Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora