CAPITULO 3

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Maldigo para mis adentros mientras miro al mocoso. Han intentado jugar conmigo. El Clan de la Luna Caída me rodea. Desean liberar a su líder, que no es otro que la bestia encerrada tras la puerta de plata.

─ Eirena apresó injustamente a nuestro líder. –Vocifera quien dice llamarse Clow ─ Exigimos su libertad.

─ ¡Bruja! – Gritan al unísono ─ ¡Tendríamos que quemarla viva! – Gritan nuevamente.

─ Os equivocáis conmigo… ─ Cruzándome de brazos.
Observo como comienzan una fuerte discusión. Harta de la situación alzo ambas manos…

─ Habéis acabado con mi paciencia… ─ Mascullo, llamando la atención de todos, para así desaparecer del lugar y aparecer frente la puerta de plata. Coloco ambas manos en ella para conseguir, inútilmente, deshacer el hechizo. La bestia tras la puerta comienza a aullar.

─ ¡Allí está la bruja! – Miembros del Clan vociferan.

Transformándose en lobos se posicionan tras de mí, mostrando sus grandes colmillos e intentando intimidarme sin llegar a conseguirlo.

Antes de pronunciar palabra alguna la voz de la bestia retumba en nuestros oídos. ¡Liberadme!

Aúllan al unísono siguiendo a su líder.

Realizo nuevamente mi magia para así liberarlo de aquel lugar. Esfuerzos que son en vano.

Aúllan observándome, los miro retándolos, podría acabar con sus vidas muy rápidamente. Un haz de luz emana de mis manos acallándolos por un momento.

La voz de la bestia vuelve; No la matéis, ella está intentando romper el hechizo para liberarme, ayudarla. 

Acatando órdenes, vuelven a su apariencia humana, me ofrecen sus respetos en elegantes reverencias.

─ El lugar fue hechizado ¿Observáis el sello? – Les señalo – Es una perfecta imitación – farfullo irritada – Ha tenido que ser algún aliado junto a Eirena. – Les apunto al respecto.

─ ¿De quién podría tratarse? – Pregunta Clow.

─ Decírmelo vosotros… ─ Suspiro abatida.

─ Llevadla hasta mis aposentos, darle algo de comer y dejar que duerma para que pueda recuperarse. ¡Es una orden! – Los ojos de la bestia se hacen visibles ante todos.

Aún sorprendida, camino junto al Clan, debería volver a la cabaña. Aunque enseguida desecho la idea. Aquí podría averiguar más respecto a ellos, jamás podría perdonarme perder una oportunidad así. 

El lugar está custodiado por unos ejemplares espectaculares de lobos. Llegan más personas amontonándose, sin dejar de observarme, nadie articula palabra alguna.

Me sitúo en el centro de la habitación, es amplia, más siniestra de lo que podría imaginar. Alguien se acerca hasta posicionarse junto a mí.

─ Mi nombre es Yara, acompáñeme, la cena está servida. –Sonríe sincera.

La cocina es amplia y abundan los ventanales. Me siento frente a una gran mesa de madera comenzando a devorar los gratificantes alimentos allí dispuestos.

Más tarde, agotada, me introduzco lentamente en una enorme y mullida cama. Realizo un hechizo protector para que nadie irrumpa mis sueños.

Rindiéndome ante tal cansancio comienzo a perderme en mis sueños…

La bestia frente a mí, miro a lo más alto, sus ojos oscuros no se apartan, tumbándose tan cerca, sintiendo su respiración. Alzo la mano para poder acariciar su suave pelaje oscuro. Éste cierra los ojos gruñendo suavemente.

La imagen de Eirena se abre paso en la mente de la bestia, torturándolo hasta saciar su sed de venganza.

Aparto mi mano de golpe mientras la bestia abre sus ojos para mirarme. Unas lágrimas resbalan por mis mejillas.

Despierto sobresaltada con la respiración agitada. Observo a mi alrededor, aquello no fue solo un sueño, fue más bien una visión.

Libera a la bestia © (Subiéndola de nuevo por tiempo limitado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora