– ¿Podemos hablar un momento a solas, Leila?
Aún cuando no me había dado la vuelta, sabía de quién se trataba. Era Gale; había pasado un tiempo, y durante el transcurso de todo ese tiempo – en que ella y yo ni nos dirigíamos la mirada – pude ver con claridad la manera en cómo se relacionaba con las demás, sobre todo con Kathleen Vassey. No puedo negar que sentía celos – ¿quién no? – terminando por desear que algún día llegaran a separarse. Esto último jamás sucedió – incluso cuando todos podían verlas discutiendo en el pasillo central del instituto – pero lo que si pude sospechar fue sus intenciones de querer hablarme, aunque su orgullo pudo más – al menos hasta este momento -.
– No hay ningún problema, Gale.
– Sígueme.
La seguí hasta el pasillo lateral del instituto dirigiéndonos al lugar en donde se encuentra un pequeño parque, en eso ella se detiene y se sienta en uno de los bancos – decidí hacer lo mismo – cuando rompe el silencio diciendo:
– Mi intención no fue lastimarte, Lei. Pero sabes mejor que nadie en este mundo que cuando estoy enojada digo cosas realmente hirientes. ¿Podrías disculparme?
Y sí, tengo el alma tan blanda para este tipo de cosas – más aún si se trata de la mujer a la que considero como una hermana – por lo que cedí a su pedido.
– Claro que te disculpo, Gale. Siempre estaré aquí para ti, ¿o ya olvidaste lo que prometimos?
– No lo olvidaría nunca, Leila.
Apenas pronunció aquellas palabras, las lágrimas empezaron a fluir por su rostro alargado; por lo que la consolé durante un par de minutos – según mi perspectiva, parecían décadas – los cuales utilicé para asimilar aquello que había ocurrido, y enterrarlo en lo más profundo de mi alma.
...
El día de la graduación había llegado; ya había pasado un tiempo – el cual pasó tan rápido que apenas pude darme cuenta – y las heridas habían sanado para ese entonces; en lo único que estaba enfocada – junto con los nervios y el miedo de empezar otra etapa – era la escuela secundaria, a la que estaba a punto de entrar.
– Estimados estudiantes, a continuación se nombraran por orden alfabético a los graduandos de la X promoción del Instituto Owen; estén atentos, por favor.
Estaba justo cinco filas más arriba de Gale; en ese instante, sólo pensaba en dos cosas: una, la partida de Kathleen a Europa un mes antes de la graduación; y dos, el hecho de que ninguno de los que cursaba conmigo la escuela primaria iba a seguir junto a mí hasta la escuela secundaria. Debido a los caprichos de Gale, se decidió por estudiar en la secundaria de Hall4; mientras que yo estudiaría en la de Carter5. Por su lado, el resto de mi grupo de amigas estaba dividido, porque algunas de ellas tenían planes de mudarse de estado; mientras que las demás estudiarían en la secundaria de Brooks6.
– Vincent Paxton, Leila Ann.
me sacó de mi ensoñación; bajé hasta el escenario – con silbidos y ''vamos leila'' escuchándose de fondo –, en donde me esperaban un grupo de maestros – que en su mayoría, me habían impartido clases – con mi título de escuela primaria. Mientras que la mayoría me daba abrazos y me hacía cumplidos, mi maestra guía me toma del brazo y me susurra al oído:
– Sé que tendrás éxito, Leila. Eres muy inteligente, emplea eso para tu bien; rodéate de las personas adecuadas, y no tendrás problemas.
– Muchas gracias, señorita Sarah.
...
A pesar de la distancia, veía a Gale y al resto de mis amigas con relativa frecuencia – al menos, cuando estaba empezando la secundaria – aparte de incluir a nuestro grupo a una chica – con la que solía llevarme fatal y cuya relación cambió justo unos meses antes de la graduación – llamada Sheila Davis. Ella era tan blanca como la leche, con ojos que encajaban con sus cabellos ligeramente voluminosos y cuyo carácter no distaba mucho de su apariencia. A la par de que íbamos creciendo, no fue nada extraordinario el hecho de que algunas de nuestro grupo ya tuvieran pareja – una de ellas, estaba embarazada desde antes de la graduación – mientras que otras, como yo, apenas empezábamos a hacernos la idea de cómo adaptarnos al nuevo ritmo de vida que íbamos a comenzar a llevar. Lo que no sabíamos – claro está – que esto era tan sólo el simple comienzo de la etapa más difícil y complicada del ser humano: la adolescencia.
4 Escuela Secundaria de Hall; ubicada en el condado de Jackson, Mississippi, Estados Unidos.
5 Escuela Secundaria de Carter; ubicada en el condado de Lauderdale, Mississippi, Estados Unidos.
6 Escuela Secundaria de Brooks; ubicada en el condado de Clarke, Mississippi, Estados Unidos.
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La vida aparentemente ordinaria de Leila Paxton
Ficción GeneralLeila Ann Paxton es una joven de 21 años recién graduada de Ingeniería Civil en la Universidad de Cooper en Mississippi, Estados Unidos. Es la hija menor de dos hermanos, siendo el mayor autista. Sus padres, Macy Vincent y Louis Paxton, la han prepa...