Capítulo 3

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– ¿Podemos hablar un momento a solas, Leila?

Aún cuando no me había dado la vuelta, sabía de quién se trataba. Era Gale; había pasado un tiempo, y durante el transcurso de todo ese tiempo – en que ella y yo ni nos dirigíamos la mirada – pude ver con claridad la manera en cómo se relacionaba con las demás, sobre todo con Kathleen Vassey. No puedo negar que sentía celos – ¿quién no? – terminando por desear que algún día llegaran a separarse. Esto último jamás sucedió – incluso cuando todos podían verlas discutiendo en el pasillo central del instituto – pero lo que si pude sospechar fue sus intenciones de querer hablarme, aunque su orgullo pudo más – al menos hasta este momento -.

– No hay ningún problema, Gale.

– Sígueme.

La seguí hasta el pasillo lateral del instituto dirigiéndonos al lugar en donde se encuentra un pequeño parque, en eso ella se detiene y se sienta en uno de los bancos – decidí hacer lo mismo – cuando rompe el silencio diciendo:

– Mi intención no fue lastimarte, Lei. Pero sabes mejor que nadie en este mundo que cuando estoy enojada digo cosas realmente hirientes. ¿Podrías disculparme?

Y sí, tengo el alma tan blanda para este tipo de cosas – más aún si se trata de la mujer a la que considero como una hermana – por lo que cedí a su pedido.

– Claro que te disculpo, Gale. Siempre estaré aquí para ti, ¿o ya olvidaste lo que prometimos?

– No lo olvidaría nunca, Leila.

Apenas pronunció aquellas palabras, las lágrimas empezaron a fluir por su rostro alargado; por lo que la consolé durante un par de minutos – según mi perspectiva, parecían décadas – los cuales utilicé para asimilar aquello que había ocurrido, y enterrarlo en lo más profundo de mi alma.

...

El día de la graduación había llegado; ya había pasado un tiempo – el cual pasó tan rápido que apenas pude darme cuenta – y las heridas habían sanado para ese entonces; en lo único que estaba enfocada – junto con los nervios y el miedo de empezar otra etapa – era la escuela secundaria, a la que estaba a punto de entrar.

– Estimados estudiantes, a continuación se nombraran por orden alfabético a los graduandos de la X promoción del Instituto Owen; estén atentos, por favor.

Estaba justo cinco filas más arriba de Gale; en ese instante, sólo pensaba en dos cosas: una, la partida de Kathleen a Europa un mes antes de la graduación; y dos, el hecho de que ninguno de los que cursaba conmigo la escuela primaria iba a seguir junto a mí hasta la escuela secundaria. Debido a los caprichos de Gale, se decidió por estudiar en la secundaria de Hall4; mientras que yo estudiaría en la de Carter5. Por su lado, el resto de mi grupo de amigas estaba dividido, porque algunas de ellas tenían planes de mudarse de estado; mientras que las demás estudiarían en la secundaria de Brooks6.

– Vincent Paxton, Leila Ann.

me sacó de mi ensoñación; bajé hasta el escenario – con silbidos y ''vamos leila'' escuchándose de fondo –, en donde me esperaban un grupo de maestros – que en su mayoría, me habían impartido clases – con mi título de escuela primaria. Mientras que la mayoría me daba abrazos y me hacía cumplidos, mi maestra guía me toma del brazo y me susurra al oído:

– Sé que tendrás éxito, Leila. Eres muy inteligente, emplea eso para tu bien; rodéate de las personas adecuadas, y no tendrás problemas.

– Muchas gracias, señorita Sarah.

...

A pesar de la distancia, veía a Gale y al resto de mis amigas con relativa frecuencia – al menos, cuando estaba empezando la secundaria – aparte de incluir a nuestro grupo a una chica – con la que solía llevarme fatal y cuya relación cambió justo unos meses antes de la graduación – llamada Sheila Davis. Ella era tan blanca como la leche, con ojos que encajaban con sus cabellos ligeramente voluminosos y cuyo carácter no distaba mucho de su apariencia. A la par de que íbamos creciendo, no fue nada extraordinario el hecho de que algunas de nuestro grupo ya tuvieran pareja – una de ellas, estaba embarazada desde antes de la graduación – mientras que otras, como yo, apenas empezábamos a hacernos la idea de cómo adaptarnos al nuevo ritmo de vida que íbamos a comenzar a llevar. Lo que no sabíamos – claro está – que esto era tan sólo el simple comienzo de la etapa más difícil y complicada del ser humano: la adolescencia.


4 Escuela Secundaria de Hall; ubicada en el condado de Jackson, Mississippi, Estados Unidos.

5 Escuela Secundaria de Carter; ubicada en el condado de Lauderdale, Mississippi, Estados Unidos.

6 Escuela Secundaria de Brooks; ubicada en el condado de Clarke, Mississippi, Estados Unidos.

La vida aparentemente ordinaria de Leila PaxtonWhere stories live. Discover now