1: Regresando el tiempo.

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-Pero, ¿sabes qué? ¡Desearía jamás haberte conocido! -grito furiosa Maureen.

Cuenta la historia que hace algunos años Drake y "Mo" -mejor conocida como Maureen-, se conocieron de una forma tan chistosa, que ni siquiera ellos pueden recordarlo sin reír. Ella cayó encima de él mientras trataba de huir de Frank, su ex novio, quién la persiguió hasta el centro comercial.

-¿De quién huyes? -le cuestiono Drake, mientras se levantaban-. O una mejor pregunta, ¿por qué corres? -volvió a preguntar y simulaba sacudirse el polvo.

-Lamento haberte ensuciado -respondió ella con sarcasmo.

-No es por eso... descuida, pero tal vez pueda ayudarte.

-Estoy bien, quizás me confundí. Me voy, adiós.

Drake quedo desconcertado y Maureen camino hacia el lado contrario a donde estaba él, cuando de repente se dio cuenta de Frank venía de nuevo hacia ella. No tuvo más alternativa que caminar de regreso con Drake.

-¿Sabes qué? Pensándolo bien, si necesito que me ayudes.

-¡Claro! ¿Y qué puedo hacer por ti?

-No hay tiempo para explicar, sólo sígueme la corriente, ¿de acuerdo?

-Está bien.

Lo tomo del brazo y se giraron para encontrarse al fin con Frank.

-Hola -saludo tímidamente él-. Mo, ¿podemos hablar? -pregunto con voz firme Frank.

-No lo creo posible -respondió ella-. Estoy un poco ocupada -y miró tiernamente a Drake.

-¡Oh, lo siento! -se disculpo- Será mejor que me vaya.

-De acuerdo -contesto Mo-, fue bueno verte... cuídate. Vamos amor -le dijo a Drake y lo jaló.

-Claro... -comento Drake confundido.

Continuaron caminando por un momento más, hasta que perdieron a Frank de vista y entonces ella lo soltó rápidamente.

-Será mejor que te suelte, no quiero ensuciarte más -le reprimió con desagrado.

-¿Quisieras olvidar eso? Sé que actué mal, pero es que... a veces suelo ser así.

-No puedo, odio que la gente tome ese tipo de actitudes.

-Sí, bueno. Pero no siempre sueles estrellarte con gente y caer al piso, ¿o sí? -cuestiono Drake irónico.

-No, y dije lo siento.

-Bueno y a todo esto, ¿qué fue eso?

-No tienes porque saberlo, sólo puedo decirte gracias... ahora sí debo irme.

Justo cuando iba a girar para irse, él la tomo del brazo.

-¿Te vas a así sin darme aunque sea un beso de despedida, mi amor?

-¡No soy tu amor! -grito entre dientes, evitando que su mano se estrellará en su cara.

-Pero tú lo acabas de decir -miro su reloj-, hace aproximadamente diez minutos.

-Piérdete, ¿quieres?

Maureen trato de zafarse del agarre que Drake tenía sobre ella, pero no pudo, después de esto jamás podría ni querría separarse de él.

-Te dejaré en paz, con una condición -Propuso.

-¿Cuál? -Pregunto de mala gana.

-No, no amor... no me pongas esa carita.

-¡Ash! -expresó con desagrado, descubrió que había sido mala idea llamarlo así, respiro profundo y pregunto de nuevo-. ¿Cuál? -dijo con dulzura.

-Bien, sólo quiero que me digas, ¿cómo te llamas?

-¿Tanto drama para eso?

-¡Hey! -frunció el entrecejo.

-¡De acuerdo! -dijo harta, jaloneando su brazo y por fin zafándose-. Me llamo... emm... Mo... -interrumpió él.

-¿Mo? Qué nombre tan extraño -Comentó confundido.

-¡No! Mi nombre es... amm... ¡claro! Mónica, sí, Mónica -expreso nerviosa y él lo noto.

-¡Ah! Ya entiendo porque el Mo... lindo nombre.

-Gracias, bueno ahora sí me voy.

Volvió a girarse para irme, definitivamente... y de nueva cuenta él la detuvo.

-¿Ahora qué? -pregunto furiosa.

-¿No vas a preguntar mi nombre?

-¿Importa?

-Supongo que sí. No puedes ir por la vida, pidiendo a extraños que te ayuden.

-Pero ya no eres un extraño, sabes mi nombre.

-¡Dios! -exclamo-. A veces pienso que eres demasiado tonta.

-No me obligues a estampar mi puño sobre tú linda nariz, galán -Amenacé.

-¡Wow! -susurro- ¿Así que ahora pase de amor a galán? -se burló.

-No necesito saber tú nombre porque probablemente jamás vuelta a verte ¡en mi vida! Cosa que agradeceré muchísimo, así que adiós.

Y por fin logro huir está vez de él.

Maureen:

Llegue a casa para olvidarme de todo, aunque era imposible ese galán como lo llame... si era muy galán y persistente, que era difícil olvidarlo.

Los días pasaron como agua, mamá había insistido en inscribirme en clases de música por el tiempo que eran las vacaciones de verano así no las desperdiciaría en tonterías, como según ella pensaba y pues no me quedo otra opción más que aceptar.

El día de la primer clase llego, mamá me llevo temprano casi diez minutos antes. Cuando llegue el salón aún estaba un poco vació y pensé: -¿Para qué rayos mi mamá me mando temprano?-. Me dormiré aquí, pero tuve una mejor idea, saque mi celular y comencé a escuchar música.

Con los audífonos puestos, comencé a examinar el salón y ¡oh, oh, sorpresa! El galán estaba ahí, sentado hasta atrás, mentido en su cuaderno y con audífonos también. Lo miré fijamente por un par de segundos, cuando miré que iba a levantar la mirada me volteé rápidamente... pero no funciono. No tardo ni cinco minutos cuando ya lo tenía a mi lado.

-Mira nada más a quién tenemos por aquí -comentó burlón.

Yo quite mis audífonos, simule no haber escuchado nada... pero fue todo lo contrario.

-¿Perdón? pregunte.

-¿Qué haces aquí?

-Esperando a que empiece la clase.

-Sabía que volvería a verte, pero no creí que fuera tan pronto -sonrió emocionado.

-¿Fue un cumplido? -cuestione indecisa.

-Algo así -presumió.

-Haré como que no dijiste nada.

-Inténtalo. Pues no podrás, yo sé que no podrás -sonrió nuevamente malvado o ¿seguro? ¿De qué rayos hablaba? No era lo demasiado importante para mí -o eso creía-, como para no olvidarlo.

You're The One. | Drake BellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora