4: Tontas ilusiones.

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-¿Por qué me miras así? ¿Tengo algo? -pregunte mientras él seguía mirándome fijamente.

-No, no nada -respondió rápidamente.

-No vayas a salir como la vez de la hoja, en la cafetería.

-No, ¡cómo crees!

-Mmm... bueno, Derek.

-Soy Drake -dijo confundido-. ¿Estás tomada?

-¡No! -reí a carcajadas-. Quería ver cuál era tú reacción.

-Amm... ¿segura? ¿Cuántos dedos ves? -puso su mano frente a mi cara mostrándome tres dedos.

-Tres.

-Sí, estás bien. Mmm... ¿qué raro?

-Estás loco.

Dije y después continué bebiendo mi trago. El tiempo seguía pasando, Drake y yo no parábamos de reír y de bailar, algunos invitados estaban yéndose, pero no... nosotros aún no. Drake me había contado que si nos quedábamos hasta el final de la fiesta, era mejor. Siempre era así. Pero por su expresión creo que está vez no sería como él esperaba... estábamos con los amigos de Drake, sentados en una pequeña mesa en el patio trasero de la casa, platicando.

-¡Oh! Y recuerdan la vez que Drake hizo ese oso en la cafetería -dijo uno de sus amigos, cabello corto con linda sonrisa... Andy.

-No, por favor... eso no -suplico Drake.

-Vamos Bell, ¿qué tan malo puede ser? -comento otro de sus amigos, con gorra parecía que nunca se la quitaba, Scott.

-Sí -propuse-. ¿Qué tan malo? -reí y miré a Drake.

-¡Ves! Ella es más sensata que tú Bell -comento Andy.

-Está bien -dijo Drake de mala gana y me fulmino con la mirada.

-Bueno -comenzó a decir Andy-, todo empieza una tarde cuando nos dirigíamos a la cafetería... amm... no recuerdo el nombre, ¿tú Scott? -pregunto.

-Mmm... no, pero tal vez Bell sí -dijo entre risas.

-No, tampoco lo recuerdo -comento serio.

-¡Cómo sea! -prosiguió Andy-. Cuando llegamos a la cafetería, estacione el auto y bajamos para entrar, ya ahí, nos sentamos en una mesa junto a la ventana. Estábamos platicando, cuando no recuerdo porque rayos pero a Drake se le ocurrió ir al baño -lo interrumpió Scott.

-Estaba enfermo del estómago -añadió Drake.

-¡Oh, cierto! -afirmo Andy-. Y entonces se fue... pero supongo que eran tantas sus ganas de hacer del baño, que hasta se equivoco de sexo.

-¿Qué? -pregunte sin entender y con los ojos más abiertos que un plato.

-¡Sí! -afirmaron al unisonó los dos.

-Se equivoco -comento Andy-, en vez de llegar al baño de hombres se fue al baño de damas. Nos dimos cuenta porque las señoritas que se encontraban ahí empezaron a gritar -rió-. Obviamente el sólo se cambió de baño.

-Muy apenado por cierto -dijo Scott.

-¡Si hubieras visto su cara! -grito Andy-. Fue tan chistoso, se veía como un jitomate andando -rió de nuevo y yo también no pude evitarlo.

-¿De verdad Drake? -le pregunte entre risas.

-Sí, pero en serio necesitaba ir al baño. Ellos lo sabían y no me dijeron absolutamente nada -se excuso.

-Bueno Bell... tenías que ser nuestro payaso por ese día -comento Scott.

-Además tú siempre te burlas de nosotros y de nuestros errores -añadió Andy cruzado de brazos.

-¡Claro que no! -dijo Drake ofendido.

-Sí es así, creo que ya era justo -opine.

-Comienzas a caerme bien Mo -respondió Andy.

-Sí, a mí también -acepto Scott.

-Al menos -Reí encogiéndome de hombros.

La velada continuaba, Drake después se desquito... sabía que no se quedaría con las ganas, hasta de mí se rieron gracias a él, y pues esa noche la pasamos riendo a más no poder. Hasta que dieron las dos de la mañana y yo tenía que irme.

-¿Tan pronto? -pregunto Andy.

-Sí, lo siento. Mañana tengo que ver a mi mamá.

-Bueno, si es por eso no hay problema -me dijo-. Tu ya no regresas, ¿verdad Bell?

-No creo, la verdad ya me siento cansado. Ha sido una semana de locos -respondió.

-¡Cierto! Pues gracias por venir -sonrió y nos despedimos.

-Gracias por invitarnos -comenté-. Bueno más bien por invitar a Drake, y a él por traerme -reí.

-Por nada, ya eres una amiga más -dijo Scott.

-¡Exacto! -afirmo Andy-. Eres bienvenida cuando quieras.

-Gracias de nuevo -sonreí-. Hasta pronto chicos.

-Nos vemos -dijeron al unisonó.

Nos despedimos completamente y caminamos hasta el auto de Drake. Me abrió muy caballerosamente la puerta y subí al auto, justo después él me imitó. Sentía como mis ojitos se cerraban, pero gracias a la plática que comenzó Drake... desperté.

-¿Te divertiste? -pregunto.

-¡Claro! Tus amigos son geniales.

-Sí, me alegra -sonrió sin quitar la vista del frente.

-¿Siempre son así? -le cuestione.

-Sí, casi siempre... cuando Thomas no está molestándonos.

-¿Quién es Thomas?

-Nuestro jefe, es bipolar.

-¡Ah! -susurre.

-Tal vez algún día lo conozcas.

-De acuerdo -acepte.

Y nos quedamos un momento, sólo un momento callados. Pero después de un alto y una canción romántica que sonó en la radio... él decido de nuevo empezar la plática.

-Oye... -susurró.

-¿Sí? -pregunte mirando aún por la ventana.

-Tengo algo que preguntarte -dijo y con la mano que tenía libre tomo mi mano, la cual estaba recargada en mi pierna. Volteé a verlo rápidamente, él seguía con la mirada fija al frente. Sentí una corriente de electricidad y mi corazón latió a mil por minuto.

You're The One. | Drake BellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora