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3 de Junio

Acaricio la espalda de Juan mientras duerme con un brazo sobre mi vientre, sobre nuestro hijo. Miro su cara, lo relajado que se ve a diferencia de cuando tiene que atender llamadas y sale de las reuniones.

Mis pensamientos son interrumpidos por un llanto a través del monitor de los bebés lo que hace que me levante con cuidado de no despertar a Juan, me ponga la camisa que tiramos anoche al suelo y voy a la habitación de al lado a ver que le pasa a Lucas.

-Pequeño- lo tomo de la cuna antes de que despierte a su hermana y salgo a la sala de la suite- ¿Tienes hambre?- me siento en el sofá y tomo un poco de las fresas que hay en la mesa para dárselas- ¿Te gustan mi pequeño?- le sonrío y le doy un beso en la frente.

-Y a mi me gustas tu- Juan sale de la habitación con solos unos bóxers negros haciendo que me muerda el labio inferior- Buenos días nena- se inclina para darme un beso en los labios- ¿Te despertaste con nauseas?- niego con la cabeza- Pues eso es un avance.

-Espero que pasen- suspiro y apoyo mi cabeza en su hombro cuando se sienta a mi lado- Siento que Emma y Lucas se ponen un poco celosos con esto del bebé.

-Tal vez, pero siendo mellizos saben compartir- me trata de sacar las ideas de la cabeza- Todo va a estar bien.

Lucas termina de comer y se duerme así que lo vuelvo a acostar con Emma y regreso a la sala con Juan.

-Manuela se estaba volviendo loca con la fiesta de los mellizos- se ríe y me jala para que me siente en sus piernas- Le dije que dejara estrés para la boda, falta poco para que mi campeón llegue.

-Juan... no me casaré embarazada- hablo con la voz mas suave que tengo pero eso no lo detiene de levantarse indignado.

-¿Tienes miedo de casarte conmigo o algo por el estilo?- me levanto para tomar su rostro entre mis manos.

-No te hagas ideas que no son, lo más que quiero hacer es casarme contigo pero después de que el bebé llegue- le sonrío de lado- Se que parece bobo, pero no quiero caminar al altar con un vientre gigante porque siento que parecerá que nos casamos por el embarazo.

Juan baja la mirada y mira mi vientre, lo acaricia por encima de la camisa como si eso lo tranquilizara.

-Si fuera por mi ya estuviéramos casados princesa, pero lo menos que quiero es hacerte sentir incomoda- me da un beso en la frente- Y esperaré para poder tener a nuestros tres bebés con nosotros en la boda.

-Te amo- me pongo de puntillas para darle un pico en los labios pero el tiene otras intensiones.

Me toma por los muslos levandome del suelo y caminando hacia la habitacion para acostarme en la cama. Me quito rápidamente la camisa dejando mi cuerpo totalmente desnudo sabiendo hacia donde va esto mientras Juan se quita los bóxers.

-Recuerdame como eran mis mañanas antes de conocerte.

-Tristes- le digo riéndome hasta que se acuesta a mi lado y me empieza a besar el cuello- Juan...- gimo y aprieto su mano cuando la pone sobre mi pecho.

-Eres...- pero un llanto interrumpe sus palabras- No te muevas- me da un beso en el cuello y se enrolla una sábana a su cadera para ir a ver qué pasa. Regresa a los minutos con Emma en sus brazos- Tendremos que dejar esto para otro momento porque la princesa quiere estar con papi- le da un beso en la frente a Emma sentándose a mi lado.

Me rio un poco pero mis ojos se llenan de lagrimas sabiendo que Juan prefiere cuidar a su hija que tener sexo y me sigo preguntando la pregunta del millón ¿Qué hice para merecerlo?

-¿Qué pasa princesa?- me seca las pocas lágrimas que corren por mis mejillas.

-Deja de ser tan tierno que las hormonas me vuelven locas.

Me vuelvo a poner la camisa de Juan y me levanto para ir a la sala pero regreso al ver que no hay nada que sacie mis antojos.

-¿Qué te provoca?- Juan me jala para que me siente en su pierna mientras que Emma está sentada en la otra.

-Quiero de esos desayunos gigantes- la boca se me hace agua de solo imaginarlo- Vamos a comer- le ruego y corro a bañarme para poder ir lo antes posible.

Al salir me encuentro con Juan vestido justo cuando está vistiendo a Lucas. Tomo a Emma y los cuatros nos vamos al restaurante del hotel donde pido todo lo que me provoca en el menú mientras Juan se ríe.

-Déjame recordarte que tú me querías embarazada así que aquí estoy- me toco el vientre.

-Y no me quejo pequeña- le da agua a Emma quien está sentada en una silla especial como Lucas a un lado de la mesa- Por cierto, ¿Haz pensado como quieres que sea el nacimiento?

-En Colombia- le digo como si fuera obvio- Pero, teniendo un sólo bebé, quisiera saber más sobre un parto natural aunque me de miedo.

-Sabes que te apoyaré en lo que decidas y estaré feliz en ayudarte con investigar que es lo más seguro y en tomarte la mano mientras nuestro pequeño llega.

-Basta de ser tan tierno- le pido antes de que me ponga a llorar en pleno restaurante y él solo se ríe.

Comemos, o mejor dicho, como mientras Juan me mira sonriendo como si disfrutara ver cómo el embarazo me hace efecto. Nos levantamos para subir de nuevo pero Juan me toma del brazo deteniéndome.

-¿Juan?- le digo cuando no dice nada y se pone pálido, tan pálido que tengo miedo a que suelte a Emma.

-Vamos al hospital- su voz suena rota pero no entiendo hasta que miro entre mis piernas las gotas de sangre.

Mi Pequeño Gigante 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora