18

2.3K 134 22
                                    

10 de Julio

Abro los ojos y al ver lo oscuro que está la habitación miro el despertador. Las dos de la madrugada. Gruño y trato de recuperar el sueño pero mis hormonas están decididas, necesito chocolate.

Me levanto y después de ponerme un sweater de Juan Luis que dejó la última vez que estuvimos aquí en una de las sillas, bajo en busca del remedio de mis antojos.

Sonrío al abrir los estantes de la cocina y encontrar todo lo que Juan sabe que me antojan cuando estoy embarazada lo que me recuerda como lo compró cuando nos enteramos del bebé.

-La Nutella está en la repisa de arriba- doy un brinco al escuchar su voz en la puerta de la cocina a lo que él se ríe un poco- Lo siento pequeña. Me desperté porque Lucas empezó a llorar y cuando vi que las luces de abajo estaban encendidas, baje porque sabías que eras tú y me gusta ver como comes cuando tienes antojos.

Me sonrojo de golpe y, sin saber que decirle, saco la Nutella de donde él dijo. Pongo a tostar dos rebanadas de pan y mientras espero veo como mese a Lucas quien no deja de gruñir.

-Lo que tiene es calor- me acerco y le desabrocho el body blanco- Pasó el día con fiebre- le informo y puedo ver el dolor en sus ojos al darse cuenta que no sabía que su hijo no estaba bien porque lo dejó. Pero no pienso retractarme por haberlo dicho ni nada por el estilo porque es hora de que Juan Luis afronte las consecuencias de sus acciones.

Tomo las tostadas y las unto con Nutella antes de sentarme en la mesa del comedor seguida por Juan quien se sienta frente a mi. Cuando empiezo a comer, siento como poco a poco mi camisa se moja haciéndome suspirar y voltear los ojos. Mi obstetra me advirtió que esto pasaría ya que acabo de salir de un embarazo y ya estoy en otro, por lo que mi cuerpo, un poco confundido, podría volver a empezar la producción de leche antes.

-Nina...- Juan empieza al notar como el sweater también se empieza a mojar. Pero tengo una idea al escuchar como mi pequeño ahora solloza.

Le pido que me pase a Lucas por sobre la mesa y, después de subirme un lado de la camisa y sweater, lo pego a mi pecho. No sale lo suficiente como para alimentarlo, pero si para que se distraiga y se vuelva a dormir.

Levanto la vista para tomar una rebanada de pan y veo como Juan nos mira embobado. Lo que me hace ver a mi pequeño como no lo he visto en meses y sonreír.

-Soy un completo estúpido- se toma la cara entre las manos- Mirándolos... no sé como he podido ser tan mal padre, tan mala pareja, tan mal todo...

Tal vez Juan no se lleve el premio del mejor, pero tampoco se puede llevar el premio del peor.

-Vamos a comenzar desde cero ¿recuerdas?- asiente todavía sin verme- Así que cada uno corregirá sus errores y repararemos esto.

Para cuando termino de comer, Lucas está dormido así que me bajo la camisa y le acaricio la barriga.

-¿Tienes mas hambre verdad?- me rio un poco- ¿Mas chocolate o unas empanadas?

-Tranquilo. Me comeré algo de lo que hay en la casa- me levanto con Lucas en los brazos y abro la nevera buscando algo que sacie mis enojos.

-Vamos princesa, se de un lugar que está abierto a esta hora- me volteo a verlo con el ceño fruncido pero el solo me sonríe lo que hace que yo también lo haga- Acuesta a Lucas y ve cambiarte la camisa- le doy un beso en la mejilla y subo.

Mi Pequeño Gigante 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora