Un nuevo año y un amor inesperado

Capítulo 7: Daría todo a causa de tu felicidad

Se despertó en el vagón del tren, el cual ya estaba detenido, sus ojos estaban hinchados por tanto llorar, su corazón le dolía, tenía hambre y apenas podía caminar. Bajo del tren y salió por el pasaje hacia el mundo muggle junto con su baúl, no le quedaba dinero así que caminaría hasta su casa.

Tomo su baúl y comenzó a caminar por las calles de Londres con algo de dificultad, ya que estaba muy pesado su baúl, la gente lo observa y algunas señoras lo apuntaban, se sentía observado por todas las personas de Londres, lo único que quería era estar con su madre y protegerla del estúpido de su padre; se sentó en unas de las bancas de la plaza de Londres la cual estaba repleta de personas y sitios para comer, su estómago rugía, se estaba muriendo de hambre y sin poder evitarlo pensó en Hogwarts, en la enorme cantidad de comida que habría en el gran comedor, en como su amigo Regulus y Remus intentarían hacerlo sonreír y como su James estaría para el esperándolo a la salida del gran comedor para acompañarlo a su próxima clase, su ojos se llenaron de lágrimas al recordar también lo que vio el día en que James lo engaño con Evans, quien se suponía que era su amiga y también el amor de James, se sentía tan idiota por haber confiado en Potter, no era más que un juego para él, pero creyó que el de verdad lo quería; una señora que al verlo como lloraba se le acercó y le dio algo de dinero para que se comprara algo pero en vez de eso lo utilizo para irse su casa.

James estaba por completo desaparecido, luego de que supo la noticia de que Severus se había ido salió del gran comedor, después de eso no se le volvió a ver, Remus, Sirius y Peter pasaron la noche buscándolo, necesitaban hablar con él. James estaba escondido en una habitación en la que nunca antes había estado o visto pero al parecer nadie lo podría encontrar, quería desaparecer de ese lugar e ir en busca de Severus y traerlo de vuelta pero tenía miedo, no quería seguir haciéndole daño, solo quería que fuera feliz, que fuera capaz de sonreír y si se sentía de esa manera en el mundo muggle junto con su familia y lejos de él debía dejarlo ir, por más que el sufriera, daría todo acusa de su felicidad, pero por el momento solo quería estar solo en ese extraño lugar.

Al entrar a su casa, un horrible olor llego a su nariz, era olor a sangre y como si algo se estuviera pudriendo dentro de la casa, dejo sus cosa cerca de la entrada y comenzó a recorrer el lugar en busca de la causa de aquel hedor, al llegar al cuarto de sus padres lo que encontró lo dejo impactado, su pobre madre estaba cubierta de sangre sobre la cama, estaba viva pero tenía el pulso muy débil, debía llamar a una ambulancia y sacarla de ese lugar pero no tenía demasiado dinero; se acercó a su madre y le hablo suavemente

-mamá ¿estás bien? Por favor despierta- su madre abrió lentamente sus ojos color negro, para posarlos sobre su hijo quien la miraba preocupado- tranquila llamare a una ambulancia- su madre negó con la cabeza completamente asustada, en eso se escuchó el sonido de la puerta cerrándose; un hombre alto, sucio y alcoholizado apareció frente a Severus el cual intentaba mantenerse firme frente a él.

- que haces aquí estúpido mocoso ¿acaso te echaron de ese maldito colegio?- bufo aquel hombre

- eso no te importa estúpido- una cachetada le llego en el rostro de Severus el cual cayó al suelo

- no te atrevas a responderme así, soy tu padre y debes respetarme- volvió a golpear a Severus que aún se encontraba en el suelo, el cual no dudo en escupirle en la cara, para luego levantarse y salir corriendo a su cuarto para encerrarse, sin obtener resultados ya que su padre lo siguió rápidamente y antes de que pudiera cerrar la puerta este entro y lo empujo contra la cama.

- eres un maldito, me as vas a pagar y creo que ya sé cómo- se lamio los labios mientras se desabrochaba el pantalón, se posiciono sobre Severus el cual lo miraba aterrado, su padre lo sujeto firmemente y le quito la ropa dejándolo completamente indefenso.