Un nuevo año y un amor inesperado

Capítulo 9: Sentimientos reafirmados

Un joven de unos doce años, cabello castaño, delgado, con algunas cicatrices en su rostro lloraba bajo la fuerte lluvia de invierno, su corazón estaba completamente destrozado, asustado y entristecido, ya que las únicas personas que se habían vuelto muy importante para el descubrieron su condición, lo único que lo hacía diferente a ellos y por lo cual tendría que alejarse de ellos y dejar el colegio al cual creyó que podría pertenecer, pero las cosas no son así ya que su condición no se lo podría permitir, nunca podría tener una vida normal y él lo sabía pero por una vez en su vida se sintió que pertenecía a un lugar, junto con eso chicos que le hicieron ver la vida de un modo diferente...pero ahora que descubrieron su condición de licántropo ya no podría seguir en ese lugar y menos sabiendo que las personas que más quiere se alejarían de el por su terrible condición de licántropo, si no hubiera sido por ese maldito hombre lobo que lo convirtió en eso, él pudo haber sido un chico normal y vivir una vida sin tener que estar pendiente de la luna.

-Remus...- el joven levanto la mirada temeroso, era Sirius quien lo llamaba, uno de sus mejores amigos- vamos, si te quedas aquí te enfermaras-le brindo una de sus típicas sonrisas

-¡ALEJATE!- grito Remus quien lo miraba temeroso, no quería que le hicieran daño, no quería ver como después lo rechazarían, pero eso no sucedió Sirius se acercó y le dio un fuerte abrazo

-Remus no nos alejaremos de ti...sobre todo yo, no me importa lo que seas eres mi amigo y no te voy a dejar solo nunca....siempre te protegeré....solo confía en nosotros tus amigos- Remus miro a los ojos grises de Sirius, y lo que vio en ellos lo hizo tan feliz, siempre había visto desprecio en los de su especie, pero los ojos de Sirius simplemente eran los mismos con los que lo miro cuando se hicieron amigos, Remus sonrió y sin poder evitarlo dejo escapar las lágrimas que estuvo conteniendo tanto tiempo. Sirius solo sonreía y lo abrazaba con todas sus fuerzas, no iba a dejar que nadie lastimara a ese pequeño y débil niño, lo protegería con su vida si fuese necesario, daría todo por el con tan solo poder verlo sonreír

-vamos Remus, James y Peter no están esperando a la entrada del castillo, además nos vamos a enfermar si seguimos aquí – Remus asintió y le mostro una sonrisa a Sirius mientras se secaba las lágrimas.

Por primera vez se sentía aceptado, esos chicos iban a hacer un gran cambio en su vida, siempre estaría agradecido con ellos y por supuesto que con el profesor Dumbledore quien lo acepto en este gran colegio de magia y hechicería llamado Hogwarts.

Sirius miraba a Remus atentamente y una leve sonrisa se posaba en su rostro, nunca pensó que ese pequeño niño, debilucho y tímido que conoció en el tren de Hogwarts, se volvería alguien tan importante en su vida, alguien a quien quería proteger desde la primera vez que lo vio, Remus al darse cuenta de cómo Sirius lo miraba, se sonrojo y una pequeña sonrisa se posaba en sus labios

-ya deja de mirarme Sirius... ¿acaso tengo algo?-

- no es nada Remus, perdón – sonrió al notar que no pasaba desapercibido de Remus, el cual lo miraba con algo de desconfianza- solo estaba pensando

-¿En qué?- Remus se acercó a Sirius para recostarse a un lado y mirarlo algo confundido

-en que me encanto conocerte, nunca creí que alguien se volviera tan importante y único para mí...pero tú lo eres y te amo demasiado-

-yo también a ti Sirius-le sonrió tiernamente para luego darle un dulce beso en los labios y recostarse en su pecho. Sirius le acariciaba el cabello tiernamente a Remus el cual se dejaba consentir por las caricias que le brindaban, mientras hacía eso Sirius dirigió su mirada hacia su mejor amigo James el cual al igual que él estaba con su chico brindándole muchas caricias, nunca pensó que esos dos podrían estar de esa manera, queriéndose y brindándose tanto cariño, nunca le agrado Snape pero si su amigo era feliz con él, él no podría hacer nada porque nunca jugaría con la felicidad de su amigo.