V E I N T I C I N C O

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-Así que la vas a conocer...

Dejo de arreglarme el cabello para observar a Rylie. Su mirada está perdida en algún punto fijo de la habitación, pero de todas formas sigue hablando.

-Ya era hora, ¿no?

Frunzo el ceño y vuelvo a mirarme en el espejo.

-Jake.

La miro desde el espejo. Ahora me brinda una falsa sonrisa y al ver que no se la devuelvo, la borra de inmediato. Camino hacia la cama y me siento a su lado. La acerco más a mí pero ella sutilmente se aleja. No insisto ni pregunto que le pasa, ya me lo dirá cuando esté lista.

Pasan los minutos y ella sigue sin hablar. Solo observa sus manos. Estoy algo impaciente porque ya casi van a ser las 15:00 y no quiero que Lucía tenga una mala imagen de mí desde el principio.

-Debes irte. Se está haciendo tarde.

-No me iré hasta que hables.

-No tengo nada que decirte.

-Rylie, por favor. Sé que están pasando miles de cosas por tu cabeza. Solo sacalas. No tienes nada que perder.

-Vete. No querrás que la chica esa tenga una mala impresión de ti.

-Me interesa más saber lo que tienes.

-¿Ahora te interesa? ¿Después de qué te la pasas ignorandome por hablar con ella? Deja la hipocresía y vete. No debes llegar tarde a tu cita.

Se para y trata de salir pero se lo impido. Entrecierro mis ojos, como si esto me ayudará a saber que le pasa, porque no creo que sea solo lo que dijo hace unos segundos.

-¿Estás celosa?

Cuando dije eso, su cara se puso roja, pero no de vergüenza...

-¿Celosa? ¿Es en serio?

-Es que pareces...

-Pues sí, estoy celosa, furiosa, dolida...

-Rylie, si es por tus sentimientos hacia mí, ya hablamos de esto. No quiero hacerte daño.

-Ese es el problema. Crees que es por esos estúpidos sentimientos. Pero no, Jake. Estoy celosa porque ahora solo te la pasas hablando de ella, furiosa porque me está robando a mi mejor amigo, y dolida porque tú la dejas...

Me quedé sin palabras. No esperaba que dijera esas cosas. Trato de recordar en que momento la dejé de lado, pero creo que no es necesario. Desde que llegó no he parado de hablar de Lucía.

-Nos vemos luego.-dice mientras abre la puerta.

-No, espera. Pensé que me acompañarías...

-Después de lo que acabo de admitir, ¿crees que quiero conocerla?-rodó los ojos.-Que disfrutes tu día.

Quizás no debí dejar que se fuera, pero supongo que necesita espacio.

Miro la hora y faltan 10 minutos para las 15:00. Tomo las llaves y salgo de casa.

***

Llego a la cafetería y me siento en una de las mesas del fondo.

"-Son las 15:00. Ya estoy aquí. Te espero."

Me deja en visto. Seguro aún se está arreglando o algo así. Karina nunca era puntual. Quizás ella tampoco lo es.

15:30 y aún no llega. Busco algún juego en el celular para distraerme. Ya llegará.

Termino de jugar y vuelvo a ver la hora. 16:24. Miro hacia la puerta pero no hay rastro de ella. Quizás se le presentó algo.

"-Hey, ¿dónde estás? No pensarás dejarme plantado xD."

Vuelve a dejarme en visto. Frunzo el ceño. Son las 17:39 y aún no aparece. Me está preocupando.

"-Lucía..."

Y por fin está escribiendo.

"~No puedo."

¿Qué?

"~Lo siento. "

¿Es en serio?

***

Lanzo una pelota de baseball al techo y luego la atrapo. No sé si llevo minutos u horas haciendo esto, pero poco me importa. Desde que llegué puse música a todo volumen y me tiré en la cama.

Todo fue tan rápido que ni me detuve a pensarlo. Debí esperame eso.
Y ni sé por qué me importa. Ella es solo una desconocida que robó mi teléfono, solo eso. No tenemos ningún vínculo, ni somos amigos. Debí verlo antes.

-Tu mamá me dijo que estabas deprimido.-dice Rylie.-Así que como buena amiga, viene a darte mi apoyo. Cuéntame que pasó.

-Me dejó plantado. Solo eso.-dije mientras lanzaba la pelota más fuerte.

-Era de esperarse.-se sentó a mi lado.

-Sabes que debemos hablar sobre lo de hace un rato, ¿no?

-¿No te ha escrito?-toma mi teléfono y abre los mensajes, ignorando lo que acabo de decir.

-No. La dejé en visto. Supongo que piensa que estoy enojado.

-Y lo estás.

-Me da igual.

-No te da igual. Ella te importa.-rueda los ojos.-No volví para verte como un perro abandonado.

-Volviste porque eres mi amiga. Pero últimamente yo no he sido el tuyo. Lo lamento, de verdad.

-¿Podrías dejar de lanzar esa pelota?-dice siguiendo el movimiento con la mirada.

Me encojo de hombros y sigo. Minutos después el timbre suena y de inmediato mi madre me llama. Al ver que no planeo ir, Rylie se para y sale de la habitación.

No quiero hablarle, pero eso no me impide querer saber porque me dejó plantado. Tomo mi teléfono y escribo un mensaje, el cual borro de inmediato. Lo arrojo a un lado, junto con la pelota y paso mis manos por mi cara con frustración.

Escucho unos pasos apurados acercarse a la habitación, luego la puerta se abre y muestra a una Rylie agitada tratando de hablar.

-Debes... salir...-dice tratando de tomar aire.

-Calmate.-digo riendo.-¿Salir? ¿Para qué?

-Solo... muevete...

-Pero...

-¡Muevete, Jake!

-Bien.-ruedo los ojos.

Me paro y bajo rápidamente las escaleras, me encuentro con mamá mirándome con el ceño fruncido.

-¿Por qué me miras así?-cruza sus brazos.-¿Sabes por qué Rylie está así?

-Mira detrás de ti.

Levanto una ceja y volteo. Okay, esto no me lo esperaba...

-Hola.-me da una sonrisa tímida.

-¿Qué haces aquí?






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