S I E T E

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Me dirijo a la cafetería de siempre. Sí, en la que robaron mi teléfono. Pero está vez no seré tan descuidado.

Y pensando en eso. Ella me tiene un poco preocupado. Ha pasado una semana y no me ha hablado, aunque siempre soy yo el que inicia la conversación. Es raro hablar con la persona que robó mi teléfono. Y más raro es que te agrade. Tal vez ella tenga razón. Soy raro.

Entro, pido rápidamente lo que quiero y camino hasta una mesa.

Miro a mi alrededor. Sólo hay cinco personas aquí. Dos parejas, y una chica.

Unos minutos después llega lo que pedí. Empiezo a comer y observo con curiosidad a la chica. Está frente a mí, pero no nota que la estoy mirando. Sigo comiendo mientras la observo. De repente se para y noto que está llorando. Se limpia las lágrimas rápidamente y sale del lugar.

Fruncí el ceño, eso fué extraño.

Cuando terminé, pagué la cuenta y caminé hasta la salida. Estaba por abrir la puerta, pero choqué con una chica

Era la misma chica que estaba llorando. La sostuve antes de que se cayera, ya que había perdido el equilibrio.

La miré a los ojos, y debo admitir que son bonitos. Un gris intenso... Su mirada estaba perdida. De repente se disculpó y siguió su camino.

Buscó algo en la mesa que estaba antes, y después de darme una pequeña sonrisa, se fué.

Sacudí la cabeza y también salí del local.

¡Es Mi Teléfono!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora