We Got Married? ;Namjin [EDITANDO]

28

Jin

     Me perdí, literalmente, no recordaba que había estado haciendo la noche anterior pero el haber despertado en el otro departamento y con un dolor de cabeza de los mil demonios ya me daba una idea. Me dirigí rápidamente al dormitorio en busca de tranquilidad y ropa limpia, iba a tomar una muy larga ducha y luego me metería entre las sábanas de mi cama el resto del día, quería tomarme el día para relajarme... o ese era el plan hasta que abrí aquella puerta.

—¡Congratulachions! —gritaron alegremente tres chicos llenos de lo que parecía ser merengue de un pastel, chocolate, harina, rogaba porque aquello que escurría de la boca de Hoseok fuese aceite de coco y no lo que yo me imaginaba.

—Creo que no se pronunciaba así.

     Encogieron los hombros y de repente me vi rodeado de niños que se empujaban entre sí tratando de tomar mi muñeca, ¿cuando se habían vuelto tan salvajes? Me sentía como la víctima de un ritual.

—¡¿Se puede saber que están haciendo?! —trate de librar mi muñeca y ellos retorcieron unos cuantos pasos.

—Queremos ver tu anillo, daa.

—¿Anillo? ¿Que anill... —un momento, según yo había estado en el karaoke ahogando mis penas en botellas de alcohol y esos ricos snacks. Recogí la manga hasta que logre apreciar aquel anillo del que tanto hablaban en mi dedo anular, me quedaba a la perfección y ahora la pregunta era, ¿quién lo puso allí?

—¡De verdad lo hizo! —exclamó Taehyung impresionado.

—Pobre idiota... —escuché decir a Yoon Gi quien se pasaba por la sala con un bowl de palomitas de maíz.

—Hyung hyung, ¿te pondrás un velo?

—Te hicimos un pastel para celebrar.

     Hoseok colocó frente a mi rostro el pastel más extraño que había podido presenciar en mis veinticuatro años de vida, el aire abandono mis pulmones cuando leí en grande "Jin y NamJoon" así como aquellos muñequitos que se tomaban de la mano en el medio.

—Es usted. —Jungkook señaló orgulloso aquella figura no humana en el pastel, ¿esa cosa era yo?

     Caminé con calma hasta el centro de la habitación y miré hacia todas partes en busca de una cámara o el manager, pero no lograba encontrar nada.

—¡Venga ya! Se acabó la broma con We got married.

    Pero los rostros de los chicos no parecían estar bromeando y lamentablemente tampoco me fiaba de aquellos demonios vestidos de cositas tiernas por lo que sólo me quedaba recurrir al que nunca me mentiría en la vida.