We Got Married? ;Namjin [EDITANDO]

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Jin

     Me había esforzado estos últimos días evitando que los chicos ordenaran comida, que salieran a cenar para hacer comidas caseras e invitarlos —obligarlos— a que tuviéramos una cena familiar, seguíamos con el trabajo rutinario así como una que otra actividad por separado. Los chicos se abstenían de hacer preguntas cuando me veían junto a NamJoon, lo nuestro se volvió meramente profesional, no más besos, no más cariños frente a la gente, etc.

—¿Y cómo va todo en casa, Jin? —preguntó discretamente.

—No me hables.

—Vamooooos Seok Jin no te lo tomes tan a pecho.

—A veces están muy serios, pero he visto a Taehyung jugar videojuegos con Jungkook de nuevo y así como también a Jimin tocando el piano con Suga.

     Daba la impresión como si todo este tiempo estuvieron divididos de acuerdo a relaciones amorosas y se olvidaron completamente de que son compañeros, mejores amigos y consejeros, me reconfortaba verlos hacer las mismas cosas de antes sin pensar tanto las cosas.

—Me alegra, te veré en la grabación de hoy. —Se acercó a mi a punto de darme un beso como despedida cuando recordó la situación en la que estábamos y lo cambio por un simple gesto con la mano.

Estábamos quitándonos todo el equipo de audio después de terminar la grabación en inkigayo y estaba relajado y sereno hasta el momento hasta que el destino me trajo hacia mí a cierta personita.

—Oh ahí viene...—Jungkook se acercó y antes de que completara la frase el diablo y mi boca se conectaron pronunciando una bella frase.

—Una perra.

—Jackson... ¡Hyung!

—Hey Jin, suerte en tu boda de hoy y ponte un traje bonito, digo, no vaya a ser que el novio se arrepienta.

     Jungkook soltó una risa burlona muy notoria haciendo que mi enojo creciera más.

     Después de tan agradable encuentro nos retiramos al departamento, justo después de que todos bajamos de la camioneta —bueno a excepción de Yoon Gi y Jimin— se cerró la puerta bruscamente y la camioneta arrancó. Atónitos subimos con lentitud al departamento y cansados cada uno se dirigió a sus respectivas habitaciones, iba a tomar una siesta cuando la alarma me avisó que tenía que grabar el ultimo, gran largo, episodio.

     Duchado y con el estómago lleno me dirigí hasta el estudio de grabación de la cadena televisiva, habían centenares de arreglos florares por todas partes, un candelabro enorme colgaba del techo y las cámaras estaban siendo instaladas en cada rincón. 

  —Realmente parece una boda. —Pensé al mismo tiempo que me cuestionaba por qué eran necesarios tantos detalles para ser un programa de tv.