We Got Married? ;Namjin [EDITANDO]

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Namjoon

     Estaba acabado, que decía acabado, los ojos de Jin me decían que querían su explicación o comenzaría a salir humo por sus orejas.

—Mira amor...

—¡Nada de amor! Ya, ¿qué hacías con esa perra?

     Tengo que admitir que yo no me encontraba en una buena posición como para reírme o algo así, pero fuera de estar asustado, cuando esa boquita soltaba malas palabras me daban ganas de darle una lección, y luego regañarlo claro.

     Jin estaba más que celoso mientras me mostraba la foto que me tomé con Jackson la última vez que grabamos We Got Married. Traté de acercarme mientras el sólo se rehusaba a mi tacto y al ver que no estaba sirviendo de nada sólo agarre su cabeza y comencé a darle besos por toda la cara con el joven dando de manotazos.

—¿Quién es el amor de mi vida?

—¡Ah no me vengas con eso Kim Namjoon! Pensé que ya habías cerrado ese capítulo.

—¿Y tú Jin? No olvidemos que Ken te envió comida el día de la grabación, y ni siquiera me diste tiempo de reclamarte porque ya te la habías comido toda.

     Su carita le cambió por completo, como si hubiera hecho algo malo, se avergonzo por un momento y en segundos ya había retomado su postura de novio celoso.

—¡Ya! No me cambies el tema.

     Lo tomé de su cadera pegándolo a mi cuerpo y lo abracé fuerte, busqué con insistencia sus labios hasta que pude juntarlos con los míos y fue cuando me di cuenta de que Jin siempre me había besado de la misma manera aún en We Got Married, sus besos eran lentos, profundos, ¡Joder que digo! Jin en ningún momento cambió su manera de besarme pues aún teniendo una relación con alguien más había una chispa de amor muy muy dentro de su ser.

     ¿Alguna vez habían perdido tanto la cabeza por alguien? Yo no podía encontrar en Jin defecto alguno, siempre que lo miraba me convencía más de que quería envejecer viendo esos ojos, besando esos labios y tocando su piel.

     Las últimas semanas salíamos demasiado y cuando por fin llegó nuestro período vacacional, cuando todos estaban en sus respectivos hogares nos quedamos en Seúl, salíamos a desayunar, íbamos a la playa, podíamos pasar un día en alguna librería o simplemente en la comidad del departamento. Teníamos un pequeño gran problema que había estado incomodandonos desde hace tiempo: Dispacht.

     Pero a mi me podía llover una bola de críticas, inventar chismes, arruinar mi carrera y demás. Yo no hacía ningún esfuerzo por ocultarle a nadie lo que sentía por Jin aún en público, se hizo costumbre para mi tomarle de la mano, abrazarlo frente a las cámaras y mirarlo como si fuera la octava maravilla del mundo.