Marissonshipping Week (Serie de One-shots)

Molestia que valía la pena.

Holas!

Ya me quede sin imaginación acá, así no se puede >:v

Pues como no se que coso decir acá, iremos al grano. La historia sigue a Chespie en 3ra persona.

Notas abajos mijos, disfruten~
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Empezaba a cansarse un poco de los viajes en busca de la pequeña piedrita esa.

¿qué? ¿un pokémon no tenía derecho a cansarse?

Ella siendo un pokémon de un tamaño pequeño, tenía que pegar mas pisadas que los demás, además de preocuparse que su entrenadora no se cayera, era normal que se cansara mas que lo habitual. Pero no se quejaba al frente de ellos.

Para nada, después de todo, todos ellos se preocuparon cuando ella estaba en aquel extraño coma. Lo primero que supo fue que su entrenadora en ningún momento la dejo de lado, sólo se movió para ir a motivar a quien actuaba de fondo para despertarla. Lo demás es historia conocida, no se quejaría para nada al frente de ellos, les debía eso y mucho mas.

Además, hizo un buen amigo, tomando en cuenta que este pokémon era su contra-tipo... por así decirse.

Encantaba comentarse cosas entre Charizard sobre sus entrenadores, pues sabía que ninguno de los dos entendían lo que ellos hablaban, además, a veces contaba con la suerte de que el grandote la cargara para que no se cansara. Sus patitas aun no se acostumbraban después de tanto tiempo en cama.

- Alaaaain... miraaa... - su entrenadora jalaba de la camiseta al peliazul - mira como carga Charizard a Chespie...

- ah, si, que lindo Mairin - dijo todo eso mientras miraba el mapa que le dio el profesor.

Que atento el chico.

Mientras Mairin se quejaba con el dueño de quien lo cargaba, los otros dos se miraron a las caras, y solo reían. A fines de cuentas, así eran sus entrenadores, y así los querían.

En estos momentos se encontraban en rumbo en busca de la quinta Megapiedra a lo largo del "viaje" que decidieron pegar para entrenar al pequeño equipo de su entrenadora (Bébé y ella) y buscar las dichosas Megapiedras, las cuales hasta ahora eran una Scizorita, una Banettita, una Ampharosita, y una Houdoomita. Ahora se dirigían mas al este de la Banettita encontrada anteriormente. Bueno, al menos su entrenadora conocería mas, ya que desde que empezó el viaje hasta lo que le paso a ella, estuvo en una habitación mucho tiempo esperando a que ella despertara. Se merecía conocer estos lugares.

- ¿crees que pueda Megaevolucionar? - le preguntaba toda esperanzada la joven al mayor... ¿era mayor no?

- Mairin, ¿cuántas veces te lo he dicho ya? El que Megaevoluciona es el pokémon, no tu. Y realmente no se si Chespie pueda Megaevolucionar.

Siempre respondía así, ya era costumbre.

Y la reacción era la misma siempre. Ella enojándose por que la corregía, y él burlándose un poco sobre la situación. De alguna manera, le encantaba ver eso de parte de ambos entrenadores. En serio que le parecía tierno, pues a fines de cuentas, su joven y torpe entrenadora se encontraba cómoda con el fuerte entrenador que siempre se preocupaba por ellas.

Ella más que nadie los veía como una tierna pareja.

Bueno, ella y Charizard, no lo negaría.

Llego el momento esperado, el momento que los cuatro esperaban.

Alain había encontrado una Mega Piedra...

Pero no era la que quería.

El pokémon mas grande del entrenador trato de calmarlo, realmente estaba exaltado, no sabía que decirle en esta situación, ya iban cinco viajes seguidos sin ninguna suerte, y poco a poco el chico empezaba a desesperarse. Sentía pena por él, de verdad, se esta esforzando tanto y las cosas le salen así...