9.- Traición.

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Los extrañe mucho pero por motivos de estudio me ausente y estoy de vuelta.

Siguiendo la dirección descrita en el sobre, Kardia apenas salió de sus labores, fue al lugar donde según el papel, Dégel la esperaría. Ella no sabía que estaba siendo vigilada por un hombre de Deyanira que pisaba sus talones.

Era un plaza al aire libre.

Estaba dispuesta a terminar ese círculo, quería que ese karma que la perseguía finalizara ahí, dos veces había estado con él y no habría una tercera.

Al llegar no lo halló, cuando pensó que le había tomado el pelo sintió una caricia helada sobre su brazo.

—supongo que debo tomar esto como....

—no te ilusiones, ¿ qué quieres ahora?

—sólo saber de ti.

Si le hubieran dicho que era para eso no se molestaba en venir, pero la sonrisa cinica y llena de misterio de ese hombre... a ver que le estaba pasando.... si ella supuestamente lo odiaba... y esos ojos que ahora eran oscuros en vez de su habitual violeta, eran un delirio para cualquier mujer. Pero para ella no.

—acaso no entiendes que no me gustas.

—te haces creer eso.

—estoy arriesgandome a ser expulsada de mi orden por verme contigo, al grano ¿ qué quieres?

Algo extraño pasó pues la gente comenzó a retirarse, Dégel tomó eso como una mala señal, podía sentir que su intuición le pedía que huyera de ahí, que iba a caer en una emboscada y que ella era el cebo.

Pero antes de que pudiera hacer algo, un dolor agudo se apoderó de su cuerpo para caer de bruces al suelo de la plaza ante la mirada de pánico de Kardia que no tenía la mínima idea de lo que pasaba.

—¿ por qué?

Una hora más tarde.

Una cosa era haber sido maldecido, otra era ser cautivo de cazadores. Trató de ponerse de pie e identificar el sitio donde lo habían llevado pero se encontró con que estaba atado.

—esto es....

La fortaleza de la ala de los cazadores de Francia databa de siglos atrás más concretamente del siglo VI, reforzada cuando se vinieron las épocas en que las cruzadas atravesaban Europa y se temía que los " herejes" entre esos los inmortales atacaran la edificación. Se decía que hasta los Templarios y otras órdenes militares auspiciadas por la iglesia habían pisado esa fortaleza donde supuestamente hicieron tratos con los cazadores para capturar a ciertos inmortales que se hacían pasar por gente común.

—yo de ti no me movería mucho—una voz de hombre llegó hasta sus oídos—tienes sobre tu cuerpo un juego de cadenas que te destrozarían si intentas algo..

—me sorprende que hayan evolucionado—murmuró en tono de burla—sus métodos eran de la Edad Media. Y además esto no puede matarme... no soy humano.

El hombre fingió que no había escuchado esa burla, en cambio se acunclilló y dijo a su oído.

—Deyanira sabe que Kardia se acostó contigo dos veces así que planeó capturarte a través de ella—después de esas palabras se puso de pie satisfecho—ella fue nuestro boleto por lo tanto no saldrás de aquí, serás prisionero.

—imagino que ella no sabía...

—no, hasta hoy.

Fue cuando guardó silencio y se dejó escuchar la voz de Kardia que le reclamaba a Deyanira por usarla como cebo. La líder argumentaba que era por el bien de la humanidad y de ella también pues él usaba su poder para convencerla de no atacarlo.

Veinte años más, segunda temporada Reencarnación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora