Después de una larga espera, al fin Dégel vuelve a ver a Camus, pero los designios de sus dioses lo conmutan a dejar que el pequeño viva lejos de él por veinte años en consecuencia por adelantar su nacimiento.
Saint Seiya no es mío sólo uso sus pe...
Si ya se que no tengo perdón, he estado perdida peor que papa noel en mayo.
Para resarcir mi falta traigo otro cap n.n
La imagen no me cargó, internet majadero
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Transcurrieron tres meses luego de la conversación de Eleonor y Dégel; Camus crecía más lindo y más despierto tanto que a los siete meses empezó a caminar.
Una madrugada del mes de noviembre, Kardia recibió la llamada de su familia quién le comunicaba que su hermana estaba en labor de parto por lo que debía viajar a la ciudad donde vivía su familia. A la mañana siguiente nació un bellísimo niño en cuya cabecita tenía una pelusilla de color azul que por su físico se parecía a Kardia.
—tanto revuelo armaste por su nacimiento—dijo Kardia a modo de pregunta.
—te recuerdo que tú querías uno, pero tu condición no te permite—atacó su hermana maliciosamente.
El efecto que produjeron esas palabras fueron como una cuchillada a su condición, se alejó de la cuna del bebé mientras apretaba los puños. Su hermana se dio cuenta de su error, no debió " restregarle en la cara" que no puede tener hijos por lo que trató de remediar el daño.
—perdón hermana....
—el echo de que no pueda.... no significa que debas ofenderme—respondió con dureza—no me hace menos mujer Sofía.
Sofía agachó la cabeza avergonzada.
—disculpa Kardia, no era mi intención.
—mejor me voy—tomó su bolso—estoy cansada.
Pero como siempre Radamanthys estaba al acecho pues le había cautivado Kardia, la interceptó a la salida de la casa de salud.
—hola hermosa ¿ tan molesta estás?
—¡ qué te importa! tú ese....—no se refería a Dégel por su nombre—me tienen hasta la coronilla con sus persecuciones.
Radamanthys emitió un gruñido odiaba por demasía a Dégel, tomó su brazo apretándolo con rudeza cosa que fastidió a la mujer que con sus uñas arañó la diestra. Sabía cúanto amor y odio prevalecía en Dégel por ella, sabía cuanto pasó entre ambos por el echo de que Dégel era un inmortal y Kardia una cazadora cuya anterior vida significaba un karma para el bello inmortal.
—mira mi reina—sus ojos ámbar refulgieron—sabes que ese imbécil no significa ni la milésima parte....
Algo se removió dentro de la mujer, como una especie de ira ante el concepto en que se refirió a Dégel.
Lo dejó hablando solo.
—estúpido.
Viajó hasta la ciudad donde tenía su trabajo, no quiso dar explicaciones al resto de su familia sobre el pequeño altercado con su hermana, además que estaba hastíada de llevar ese peso de ser el karma de un ser de muchos siglos de vida. Al bajarse del bus, se tropezó con el hijo de Sisifo que merodeaba solo por la terminal.
Extraño era ver al adolescente por esos lares.
—¡ hola!
—¿ te conozco?
—eres del grupo más antiguo de cazadores creado en el siglo VI en la Galia, su primer líder fue un galorrromano y su actual es Deyanira—recitó esa información con una sonrisa—leo mucho—agregó.
—Aioros.....
El muchacho asintió mientras apretaba un grueso libro que seguramente devoraría en tres días con sus noches.
Kardia pensó que era una trampa impuesta, pero Sisifo no era de esos que empleaban argucias, él prefería la diplomacia. Miró con una desconfianza a Aioros esperando a su padre aparecer, pero pasaron los minutos y nada.
—soy humano igual que tú, no hago daño.
—no lo eres—refutó.
—oh sí que lo soy—pasó un libro a su otra mano cansado de tenerlo en la anterior—el ADN de mi padre no es visible ante un microscopio, la sangre inmortal es invisible, en teoría sólo tengo el ADN de mi parte materna, es decir humana.
Ella se mareó con esa explicación de biología.
—al grano niño—dijo brusca—¿ qué quiere tu padre de mi?
—nada, es más no sabe que estoy aquí porque se volvería loco de desesperación.
Un gesto de la mujer indicándole que la siguiera a otro sitio para charlar puesto que donde estaban era muy expuesto. Se detuvieron en una parada de taxis a las afueras de la terminal, ya había anochecido y el movimiento de personas se había intensificado en ese sitiio.
—vine aquí por esto—sacó de entre las páginas del libro un sobre—es para ti.
—¿ quién lo manda?—no tomó el sobre.
—alguien que te observa desde la distancia, oh perdona, alguien que te considera mucho.
—¿ Dégel?
Él no negó ni afirmó.
—sabía que esto era un plan de tu parte niño si tu padre se entera....
Aioros palideció de repente.
—él no sabe que estoy aquí de parte de Dégel, no se atreve a dártelo personalmente pues tú lo odias y mi papá jamás perdonaría que yo ande en sitios muy lejanos de casa o de casa de mis abuelos—dijo soltando la lengua.
—dame eso y más te vale irte antes de que un escuadrón de sirvientes salga a buscarte.
—si claro—se disponía a marcharse cuando se regresó apenado—¿ perdona.... tienes cambio?
Le mostró un billete grande.
—saliste de tu casa sin cambio, se nota que sales poco—sacó su monedero y rebuscó hasta hallar monedas y dos billetes de menor denominación—toma y desaparécete.
Con una sutil reverencia el chico se retiró dejándole el billete para tomar un taxi o bus que lo dejare cerca de su casa.
—ahora que quieres—guardó el sobre—no volveré a caer en tu jueguito.
Alguien la vigilaba.
—recibió un sobre de manos del hijo de Sisifo—habló ese alguien desde un celular—¿ qué harás?
—nada, mañana sabré del contenido de ese sobre.
—pero señora De....
—ya dije tu función es seguirla para dar con el inmortal y capturarlo— habló contundentemente— y siento que ese sobre es la clave.
—como diga—cortó la llamada.
La mayor ambición de Deyanira era dar con Dégel el cual le era esquivo desde que era cazadora novata, los únicos registros de triunfo si así se podría decir era cuando fue maldecido y el asesinato de su hijo que formó parte de la Inquisición.
Kardia era la " llave" para dar con él.
—el espíritu de nuestro primer fundador me dará ese trofeo.....