Veinte años más, segunda temporada Reencarnación.

10.- Niñez: los primeros cinco años.

Buenas a todos, como prometí, traigo sin demoras el décimo capitulo.

Pdv Degel.

Seguí amando a Kardia muy a pesar de que ella me demostró que me odiaba. Admito que la orille a traicione a su orden para liberarme del cautiverio que significaba ser el trofeo de Deyanira y sus cazadores.

Ahora que Kardia se alejó de mi, me queda velar por mi petit, mi Camus, mi hijo, mi vida y mi alma.

Tal vez no me recuerde, el castigo de mi dios Lertes es doloroso tanto que no se si debo presentarne ante mi niño mañana  , dia de su cumpleaños número cinco en el cual podre estar cerca de él seré un extraño en su vida, no lo se... Pero amo tanto a ese niño que soportare lo que sea...

El lazo de siglos tironea de mi sangre, me recuerda que somos unidos, que yo. ...

Muerdo mis labios con fuerza hasta que sangran entonces una gota cae sobre mi pantalon oscuro y otra sobre mi blanquisima camisa, limpio con mi lengua esa sangre y aparto la hoja y esa pluma y prosigo a observar por la ventana de mi alcoba el fulgor de Ganimedes, aquella estrella bajo cuya protección naciste mi niño hace tantos siglos y volviste a nacer en este siglo dominado por la modernidad.

Unity entra a mi habitación con una botella de vino del mas caro de mis reservas, nota la mancha rojiza en mi camisa y su reacción es algo exagerada.

―señor traigo apósitos, se ha lastimado mire...

―no es nada, me mordí el labio. Trajiste lo que te pedi.

―si.

―bien sirveme una copa y guarda la otra parte para mañana.

Frunce el ceño confuso, pero acata mi disposición y en menos de dos minutos el líquido oscuro rojizo, su aroma invade mis fosas nasales, es como el aroma de Kardia, embriagador y único.

Junto a mi pequeño, esa arisca mujer ocupa mis pensamientos, no puedo olvidar esos momentos de placer y gozo a su lado.

―puedes retirarte, gracias Unity.

―de nada señor.

De repente el recordar aquel aroma me produce melancolía, Kardia hace dos años no sé por milagro o los médicos humanos hicieron un mal diagnostico, concibió de mi, claro para eso ocurrió un tercer encuentro acaecido dias antes de su cumpleaños. Sin embargo.... el bebé no llegó a ver la luz del sol.

Su odio por mi creció más.

Y yo segui locamente amándola.

Fin Pdv Degel.

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Departamento de Carrie.

Horas de la noche, más o menos las 20:00 pm.

―¿ si viene ese señor?

Era la sencilla y corta pregunta de un pequeño Camus de cuatro años. Carrie asintió desde su posición en la cocina a la vez que lavaba los platos de la cena.

―quiere conocerte mi amor.

―¿ de veras mami?―sus ojos azules inmensos parecian dos joyas que opacarian hasta la luz artificial mas potente.

―oh si mi amorcito.

Contento el niño tomo un osito polar de peluche, se sentó en el sofá sosteniendolo mientras se imaginaba el regalo que aquel hombre desconocido le traería. Hasta llego a pensar que podria ser ese padre que jamás conoció.