Veinte años más, segunda temporada Reencarnación.

7.- La conversación

Hola mi hermosa gente, perdonen mi poca delicadeza, tuve inconvenientes o mejor dicho aun los tengo pero aqui les traigo un nuevo cap n.n

Varios meses después.

Carrie sostenía a Camus quién a sus seis meses era muy despierto muy diferente a los demás bebés a esa edad, pequeños mechones de cabello se asomaban por sus orejitas y sus ojos tenían cierto tinte de azul en sus pupilas. Lo vestía con las prendas que Dégel mandaba por medio de Unity cada dos semanas. Ethan se había presentado al día siguiente de la " presentación de Radamanthys", más la bella mujer lo mandó por " la sombrita".

Ethan insistía hasta que por último Carrie le puso una orden de restricción aduciendo que no lo necesitaba, que podía encargarse sola de su hijo. Los rasgos de Dégel se manifestaban cada día, de vez en cuando ella mencionaba el nombre del inmortal y el pequeño saltaba emocionado ya sea en su cuna o en sus brazos; cualquiera que no conociera la historia real del niño y su anterior vida diría que era hijo de sangre de Dégel.

—estás creciendo bonito mi bebé.

El pequeño hizo un sonidito como estando de acuerdo con su madre, ella sonrió y lo besó en la frente.

—está muy consentido ¿ eh?—la voz de Kardia se oyó cerca suyo—le falta hablar.

—intenta caminar—informó Carrie.

Kardia puso cara de sorpresa según ella tenía entendido la mayoría de los bebés intentaban caminar al año. Carrie se echó a reír ante la expresión de su amiga.

—es muy despierto por si no lo sabes.

—ya veo....

—espera Kardia—le extendió a Camus—puedes tenerlo un momento.

Ella vió al niño que la miraba en silencio, luego él se removió extendiendo los bracitos esperando ser tomado. Tuvo un revuelto de sentimientos que se arremolinaron en su vientre, ese niño de seis meses era aquel joven que sostuvo agonizante hacía siglos y que le hizo prometer que lo llevaría de nuevo hasta su padre.

—ven y no quiero que me llores si no te lanzaré a la basura.

Carrie se rió ante la broma de su amiga en tanto se aprestaba a ir a hacer lo que tenía que hacer que era preparar el biberón del bebé. Camus se aferró a los brazos de Kardia en tanto enterraba la cabeza en su pecho, lo quiso apartar más el infante volvía a hacerlo.

—oye no soy tu madre y deja de buscarme el pecho.

Hizo un pucherito ante la pequeña repimenda, Kardia puso los ojos en blanco.

Cuando Carrie regresó se lo devolvió y le dijo que mejor le diera el seno pues a ella se lo estaba buscando, su teléfono sonó por lo que tuvo que contestar ya que se trataba de una hermana suya.

La llamaba para decirle que en meses sería tía, más concretamente en noviembre.

Nadie imaginaba que ese bebé que nacería en noviembre era quién sería el amor de la vida de Camus.

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Con el paso de los meses Dégel aprendió a sobrellevar el hecho de que no tendría a Camus por un buen tiempo, sin embargo se hallaba algo inquieto pues noches atrás tuvo un sueño que no sabía cómo traducirlo.

—¿ porqué se parece tanto a ella?—preguntó para si mientras sacudía la alfombra persa de su habitación.

—porque habrá otro pequeño en la vida del muchacho....

Si no hubiera estado tan distraído saltaba como los gatos cuando se asustaban, lanzó una maldición en su idioma antiquísimo mientras se cruzaba de brazos al ver a la persona que le había hablado. Eleonor, quién tenía la facultad de aparecerse cuando menos se imaginaba, decían que se parecía a Enit, la diosa de las almas.

—oh no me maldigas querido—se alisó su diseño de Dior—¿quieres una respuesta a tu duda?

—¿acaso sabes algo?

Ella sonrió abiertamente mientras tomaba una silla y se sentaba frente a Dégel quién notó algo muy diferente en su aliada.

—tu hijo tendrá un compañero, quiero decir un amor como el de los mortales que nacerá dentro de tres meses aproximadamente. Y por si acaso no es de quién piensas, ella no puede tener—soltó un suspiro al ver la transformación en el bello rostro de Dégel—él tiene derecho a amar ¿ lo sabías?

Algo en esas palabras le sonó a reproche.

—puedo darle todo....

—dale con la misma cantaleta—refutó ella—ya no tienes que mantenerlo encerrado, ni temer por su vida, los tiempos cambiaron, volverá a ti pero ya como un joven con sus propios ideales.

Eleonor llegó a pensar que él aún vivía en esos tiempos, en la edad media cuando era un joven inmortal, el Renacimiento lo encontró en su luto por lo que no prestó atención a las innovaciones de esa época, la era industrial y por último la moderna donde recién prestó atención cuando supo que su hijo nacería de nuevo. A veces creía que Dégel era un joven humano, con sus errores, dudas y temores.

—no quisiera—sus facciones de repente adquirieron líneas propias de la vejez—que ese joven sea la reencarnación de uno de esos hombres que lo asesinó.

— tu alma está sanada, perdonaste a esos hombres así que no te atormentes.

Tuvo el impulso de reír como maníaco.

—es una nueva alma, Enit fue quién lo mandó para él.

Sabía quién era ella pero no era un adorador tan elocuente con la deidad a diferencia de Lertes con el que a raíz del nacimiento de Camus volvió a escuchar.

—¿ tienes alguna pista de sus padres?

—no, los dioses se reservaron la identidad de los padres.

La miró decepcionado.

Eleonor se puso de pie una vez terminada su " labor", sólo había ido hasta ahí para despejar su angustia y recordarle que no interviniera en la vida del niño. Palmeo el hombro de Dégel como forma de despedida y luego se perdió por donde vino.

Ya no tuvo la energía de seguir arreglando su habitación, una cefalea lo atacó, el pensar sobre esa persona que nacería para su hijo lo había tenido devanandose los sesos. Si él ya había perdonado y se liberó de aquel dolor debía dejar que Camus hiciera su vida, viviera como él creía y no preocuparse por nada.

—lo intentaré.... por ti lo intentaré....