no te invité a mi cumpleaños.-《yoonmin》

🕯36 años🕯{2/2}

Tomé el ramo y los chocolates, sólo para dejarlos a un costado y no arruinarlo con el fuerte abrazo que tenía pensado darle.

Cuando lo hice, le susurré al oido lo mucho que lo amaba, y lo feliz que me hacía cada dia que pasaba a mi lado.

Como respuesta, él me besó y secó las lágrimas de mi rostro.

Volvió a besarme una vez más, y otra, y otra, y otra.

Los besos comenzaron a volverse más apasionantes a medida que nuestros cuerpos comenzaban a tomar calor.

Me apegó a su cuerpo desde la cintura, y yo abracé su nuca con mis pequeñas manos.

Nuestras respiraciones empezaron a ser más agitadas, y nuestros movimientos a seguir su ritmo.

Me alzó con un pequeño salto, y al hacerlo, yo rodee su cuerpo con mis piernas.

Largué un leve gemido cuando sus manos apretaron mi trasero por debajo de mi boxers, y él lo hizo en el momento en que se sentó en la cama conmigo aún encima, y yo comencé a dar pequeños saltós arriba de su entrepierna que ya comenzaba a despertar.

—Me vuelves loco, Park.

Eso me incitó a tomar del cuello de su camisa, acostar su cuerpo sobre las frazadas, y comenzar con el juego de ir dejando húmedos besos al momento de desabotonarla.

Al último lo deposité en sus labios, los cuales él no tardó en morder y sacarme un nuevo gemido.

—Yoonie~.

Sabía que el que lo llamara así, lo descontrolaba; por lo que no me sorprendió cuando de un sólo tirón, bajó mis pantalones junto a mi ropa interior, y comenzó a jugar con mi entrada.

—Sábes cuáles son mis puntos débiles. Eso es trampa, pequeño.
—Y-Ya no soy pequeño.
—Lo eres para mí. Siempre serás mí pequeño ¿oíste?

Comencé a simular una autopenetracion.

Y digo simular, por que él no parecía ceder a quitarse los pantalones.

—D-De acuerdo, de a-acuerdo. Siempre seré tu pequeño, pero porfavor, Yoonie, necesito que me la metas.

—¿Por qué incluso esas palabras se ven más inocentes si salen de tu linda boquita?

Me arrodillé para darle paso a que se terminara de desvestir, dejando en vunelaribilidad mi ya erecto miembro frente a su rostro, que se asomaba por la terminación de mi suéter azul.

No tardó en ser atacado por sus frías manos, que empezaron a masajearlo mientras yo lanzaba suspiros de excitación y pedía que no se detenga, mordiendo las largas mangas del suéter.

—Siempre fuiste tan excitante, Park.

Y sin avisarme, empujó mi cuerpo hacia abajo, provocando que me autopenetre de una sola estocada.

Y se sintió como el diablo.

—¡AHHG! ¡Y-YOONGI!

Y lo hizo una, y otra vez.

Mientras yo sentía cómo todo mi interior se partía en mil pedazos, él continuaba penetrandome con fuerza y velocidad.

Al menos hasta que mi cuerpo comenzó a acostumbrarse, y finalmente pude seguirle el ritmo mientras lo montaba.

Se sentía tan bien, mierda.

Retiré la prenda azul que aun vestía, cuando mi cuerpo comenzó a cansarse.

Al darse cuenta de ello, rotó la posición aun con su miembro dentro mío, y dejó que descansara mis piernas sobre sus hombros, aprovechando un ángulo más amplio a mi entrada.

No siguió con el ritmo brutal que me encantaba, sino que lo disminuyó a uno a que me encantaba aún más.

Mientras sus embestidas se volvían lentas y cuidadosas, beso primero mi frente tiernamente, y luego nuestros labios se contagiaron de aquello al tocarse unos con los otros.

Sólo se oían las succiónes y la mezcla de nuestras salivas, y sin que pudieran faltar los gemidos que soltabamos desprevenidamente al continuar haciendo el amor.

Sólo como nosotros sabíamos hacerlo.

—Te amo, Park Jimin.
—Toda la vida, Min Yoongi.

QUE INÚTIL SOY, PERDONEN, TRATÉ DE DAR LO MEJOR.
ME VOY DE LA VERGÜENZA.