La primera cena

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Narra Valeria.
Conocí a Fede cuando era un niño, nuestros papás se llevaban muy bien debido a que trabajaban en el mismo lugar, y, ¡como no ser amiga de el!, si hasta era mi vecino.
Lo conocí en la primera cena de trabajo que nuestros padres tuvieron.

*Flashback*

Hija, baja rápido, solo faltas tú - escuché a mi mamá decir. Mis padres siempre fueron muy atentos y relajados conmigo y yo les respondía bien, era buena niña, tenía buenas calificaciones, no me metía en tantos problemas, pero debo de admitir que si era muy traviesa.
Baje a la sala y mis padres me estaban esperando en la sala.
-Valeria que hermosa te ves - dijo mi padre.
-Debo de admitir que, en efecto luces muy bien, mi niña - contesto mi mamá.
Recuerdo que aquella noche llevaba un vestido negro que me llegaba a las rodillas, así era mi guardaropa, mis papás tenían un muy buen puesto en su trabajo, al igual que los de Fede.
-Bueno vámonos, no queremos llegar tarde -dijo mi papá.
-Esperen, ¿quienes van? - les contesté.
-Son unos amigos de nuestro trabajo hija, tienen un hijo de tu edad, así que probablemente vaya, no te aburrirás pequeña - me dijo mi madre.

*Fin del Flashback*

Llegamos a aquel hermoso lugar, tan elegante y tan hermoso, bueno, al menos así se veía por fuera, estaba decorado de luces blancas que le quedaban perfecto a aquella noche llena de estrellas, y las ventanas, Dios, las ventanas le quedaban perfecto al edificio, se lograban ver los meseros yendo de aquí para allá, los comensales platicando, todo se veía tan pacífico, tan perfecto.
Entramos y nos dirigimos a un elevador, supuse que el restaurante estaba en los últimos pisos. 7, fue el numero que presionó mi papá, piso 7 de 9, para mi suerte en el elevador se lograba ver todo, era de esos que son transparentes y pues a mí siempre me gustó la altura; justo cuando íbamos por el piso 5 se empezaba a ver toda la ciudad, todas esa luces prendidas, se veía hermoso.
Entramos y un señor vestido de traje le pregunto muy amablemente a mi papá si teníamos alguna reservación a lo que el le contestó que sí, le pidió a nombre de quien estaba y ese tipo de cosas, después de 2 minutos acabó la espera y ya nos encontrábamos sentados en aquella mesa, muy elegante por cierto.
Pasaron 5 minutos y vi a una familia llegar.
-Holaa, ¿como has estado? - le dijo mi mamá a la señora que acababa de llegar, parándose de la mesa.
-Muy bien, que gusto verte - le contestó.
Por otro lado, mi papá y aquel señor se saludaron de la misma manera.
-Ella es Valeria? - le dijo la señora a mi mamá.
-Si, tiene 10 años.
-Oh que bien, el mío también tiene esa edad, Fede, saluda amor.
-Buenas noches señora, emm hola Valeria - río.
-Hola Fede - dije apenada.

Los señores se sentaron y para mi mala suerte Fede se sentó a lado mío, tenía pena, al igual que yo, y como no tenerla, teníamos tan solo 10 años, cuando alguien tiene esa edad busca apartarse del sexo opuesto por miedo a que te molesten con que son novios y este tipo de cosas que los adultos hacen y que a los niños les molesta.
Comenzaron a hablar cosas de su trabajo y después llamaron al mesero y comenzaron a ordenar.

Una difícil decisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora