Despedida

238 17 2
                                    

Cuando decidimos regresarnos nos encontramos con Alfredo, el señor que nos cachó en el pasillo cuando veníamos saliendo del elevador. 
-Oye Val, ¿como le vamos a hacer? Cuando entremos al restaurante no sabremos si nuestros papás tienen la mirada hacia la puerta o si ya se dieron cuenta de que no estamos y nos están buscando.
Hubo silencio, estaba pensando.
-Ya se, mira y aprende - le guiñe el ojo, pude alcanzar a ver que el se sonrojó, ¿acaso sentía algo por mi? no lo sabía, pero bueno, ese no era el caso.
-¡Señor! Disculpe es que ya íbamos hacia el restaurante pero nuestros papás nos pueden ver cuando entremos, ¿nos podría ayudar? ¿por favor? - le pregunté.
-Traviesos, son muy traviesos - río - pero nada despistados, claro que los ayudaré, entraré al restaurante yo primero, iré a la mesa de sus padres a preguntarles si gustan algo más de comer y hacerles platica y cuando les haga una seña, entran corriendo al área de juegos, estamos?
-¡Claro! - gritó Fede.
Llegamos y así paso, por suerte no se habían dado cuenta de que no estábamos y entramos sin que nadie se diera cuenta, cuando el Sr. Alfredo se alejó de la mesa y pasó por el área de juegos, nos guiño el ojo, símbolo de que todo había salido a la perfección.
Esa noche nos la pasamos jugando y platicando Fede y yo, fue muy bonito, me contó sobre su vida y algunos problemas que tenía con sus padres. Pero hubo una pregunta que me sorprendió mucho que ÉL la hiciera.
-Y bueno... ¿tienes novio? - me preguntó Federico.
-¿Qué? Nooo, que asco, y tú?
-Tampoco iuuu - hizo cara de asco - y... ¿tampoco te gusta alguien?
¿Porque me hacía este tipo de preguntas? Me ponía nerviosa, y más porque sentía que el me estaba empezando a "gustar".
-No, tampoco ¿y a ti? - dije muuuy curiosa.
-Nah, todavía estoy muy pequeño para ese tipo de cosas.
Me agradó su respuesta, normalmente niños de su edad se la pasan diciendo que si tienen novia y que no solo una, si no dos o hasta tres por lo infantiles que pueden llegar a ser.
Fede era un niño bueno y tierno.

Acabo la cena y ya habíamos bajado en el elevador, ya estábamos en el estacionamiento y era hora de despedirse; nuestros papás se estaban despidiendo y nosotros estábamos callados, no nos decíamos nada.
-Em, bueno creo que ya me voy - dijo Fede.
-Si, yo también - reí.
-Bueno, espero volverte a ver Valeria, me caíste muy bien y tranquila que no diré nada de lo de la terraza.
-Está bien Fede, tu también me caíste muy bien, nos vemos en la escuela.
-Vale, ya nos vamos hija - se escucho al fondo.
-Bueno, nos vemos en la escuela Val - me dijo y me abrazó.
-Si, adiós.

Una difícil decisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora