(EunHae/HaeHyuk) Bésalo de mi parte.

IX. Hervir

La sangre le hirvió a penas escuchó su delicada risa. La odiaba más de lo que le gustaría admitir y no entendía como HyukJae había sido siquiera capaz de invitarla, más aun sabiendo que él no estaría y a esas horas de la madrugada.

No es como si fueran algo, no es como si tuviera derecho a estar molesto, la casa era de HyukJae, pero sabía los problemas que ella había causado y todo el daño que había hecho. HyukJae entró a la sala y lo miró, su cara era abarcada de una expresión preocupada.

Sus miradas estuvieron conectadas por mucho tiempo, él esperaba a que HyukJae dijera algo y posiblemente HyukJae esperaba a que él fuera quien lo hiciera, pero su expresión preocupada se fue suavizando hasta casi ser una sonrisa. Empezó a caminar despacio hacia él. DongHae profundizó su expresión de molestia. ¿Acaso HyukJae se estaba burlando de él?

Lo tenía enfrente con esa sonrisa burlona. El mantenía su posición con los brazos cruzados y el ceño fruncido, pero HyukJae muy lentamente se arrodilló sobre el sofá a cada lado de sus muslos. Estaba cerca, muy cerca, con una delicadeza impropia para su tamaño pasó las manos por su cuello, por sus mejillas, por su cabello. El ceño fruncido se transformó en una mueca neutral al relajar sus nervios.

—¿Por qué tienes esa expresión tan molesta? —preguntó. DongHae suspiró y sus brazos cruzados cayeron y terminaron posándose sobre las manos de HyukJae que habían vuelto a sus mejillas.

—No me gusta esa mujer, HyukJae, te ha hecho mucho daño; soy tu mejor amigo, quiero lo mejor para ti. —HyukJae asintió como si comprendiera la información y acarició su mejilla con el pulgar.

—Ahora, honestamente, ¿por qué estás tan molesto? —Lo último lo había susurrado en su oído— ¿Estás celoso, tal vez?

DongHae se estremeció y exhaló con fuerza, recordar la escena le hizo fruncir el ceño de nuevo.

—Estás solo con una mujer, que es tu ex, casi desnudo a las tantas de la madrugada. —HyukJae asintió con una expresión más seria—. La has invitado cuando no estoy y sin decirme.

—Yo no la he invitado. —HyukJae se sentó sobre sus rodilla para tener la cara al mismo nivel que la suya. Se mordió el labio—, pero entonces sí estás celoso.

DongHae rodó los ojos. HyukJae sonrío contento.

—¿Te gusto? —Su mejillas se colorearon.

Sí, sí le gustaba, le gustaba demasiado, pero aun así no sabía si estaba bien decirlo así que encogió de hombros. HyukJae no pareció satisfecho con la respuesta, pero sin embargo juntó sus labios y lo mordió sin hacerle ningún daño, cuando se separó de él sentía como si le hubieran robado el aliento.

—¿Te gusto?, —volvió a preguntar. Se estremeció. Solo escuchó sus respiraciones por un tiempo.

—¿Por qué preguntas eso ahora?

—Porque me gustas. —Su corazón dio un vuelco y sintió como las dulces palabras embriagaban sus oídos.

—¿Desde cuando? —Se encogió de hombros.

—Desde siempre —HyukJae lo rodeó con sus brazos y se recostó en su hombro— Tengo sueño. No he dormido nada esperando que llegaras.

—Entonces párate, si te duermes acá te enfermarás. —HyukJae gimió en protesta.

—No me quiero parar.

Estaba agarrado de brazos y piernas a él, DongHae suspiró y agarrando impulso se puso de pie. HyukJae no se cayó en ningún momento como si tuviera algún tipo de ventosas.

—De verdad eres como un mono, ¿eh?

HyukJae no respondió, hasta parecía que realmente se había quedado dormido de ese modo. Su respiración era acompasada y el agarré prensado, pesaba, pero no demasiado, podría llevarlo a su cuarto. Así que con un poco de esfuerzo logró llegar. Lo dejó sobre su cama y corrió a apagar las luces, a penas se tumbó a su lado se acurrucó contra él como un gato en busca de atención.

En la oscuridad no podía ver nada pero sintió como sus labios buscaron los suyos, fue lento, sintió como lamió su labio inferior con dulzura. Nadie dijo nada, no era necesario y se desvanecieron con el cansancio.

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Y ya, no tengo más ideas
Solo uno más y ya. Lo haré largo no se preocupen.