(EunHae/HaeHyuk) Bésalo de mi parte.

VIII. Ella es...

Eran cerca de las tres de la mañana y no había logrado conciliar el sueño. DongHae aun no llegaba a casa, estaba filmando algún drama y le dijo que llegaría más tarde. Se negaba a pensar que esa era la razón por la cual no lograba dormir.

¡Hombre, que lo amaba mucho y toda la cosa, pero ellos eran seres perfectamente independientes! O eso quería pensar. Miraba las horas pasar con hastío. ¡Enhorabuena, son las tres y cuarto! Y el timbre había empezado a sonar de manera insistente a penas el quince se transformó en un dieciséis.

Pensó que seguramente DongHae había olvidado el código, corrió a la puerta usando únicamente los pantalones que usaba para dormir, en su mente maquinaba alguna frase sarcástica para burlarse de él. Pero cuando abrió la puerta fue empujado dentro por alguien mucho más bajo qué él. A juzgar por su cabello y su tamaño era una chica, la apartó nervioso. Su cara era cubierta por completo entre lentes oscuros y un tapabocas ¿Una fan?

—Te voy a pedir que por favor te retires. —Intentó sonar firme, aunque realmente se sentía un poco asustado.

—Espera. —La voz le sonó familiar—, deja que me quede sólo un momento.

La desconocida se quitó los lentes y el tapaboca. La conocía. Claro que la conocía.

—¿Qué haces acá?, —preguntó sinceramente intrigado y sorprendido.

—Yo... Necesitaba hablar con alguien. —La voz le temblaba nerviosa y sentía que se podría a llorar en cualquier momento—, estaba cerca y terminé viniendo hasta aquí.

HyukJae un poco contagiado con su nerviosismo cerro la puerta.

—Haré un poco de té. —Ella lo siguió en silencio hasta la cocina.

Buscó en sus almacenes y encontró té de camomila. Ese serviría. Ella miraba la taza en silencio y ausente.

—¿Que pasó contigo, JiEun? —Lo miró con una mueca angustiada.

—Acaban de dejarme.

—No serás la primera.

—Él salía con muchas otras. —Las lágrimas llenaron sus ojos—. Me siento como una idiota.

—Oh, entonces la camomila no será suficiente, habrá que bajar a  comprar un poco de soyu. —Ella rió un poco. Su postura se relajó.

—¿Quiere embriagar usted a una pobre dama despechada? Que bajo.

—¿Me dices que acá hay una dama? Yo solo veo una cara hinchada. —Ella infló los mofletes y lo empujó por el hombro.

—¡Cállate!, —dijo tratando de fingir molestia, mientras se le escapaba una risa.

—¿Y bien? ¿Al menos lo golpeaste?

—Sí.

La conversación siguió saltando de tema en tema durante un buen rato. Cuando ella dio el último sorbo a su taza una sonrisa sincera adornaba sus labios.

La puerta de la entrada sonó y varios pasos se escucharon en dirección a la cocina.

—¿HyukJae? ¿Sigues despierto? —El recién llegado se asomó en la cocina.

HyukJae leyó cada emoción de principio a fin: sorpresa, molestia, incertidumbre, ¿celos?, ¿decepción?

—Buenas noches.

De esa manera sus pasos se alejaron del lugar, miró a su invitada que lo miraba como impactada y que al salir de su asombro soltó una risa cómplice.

—Creo que es hora de que me vaya.

Se puso los lentes y el tapabocas sin perder el tiempo mientras se dirigía a la puerta.

—Gracias por todo. —Y sin más charla ella se fue.

DongHae estaba en la sala con ambos brazos cruzado. Se veía molesto, muy molesto. Demonios.

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Jajaja, no me odien.

Peace ✌