—Vale los dejo, ¡Hablen!—nos dio Sahair un golpecito en la espalda a ambos.
Él se fue y nos dejó, en medio de la fiesta, se escuchaba demasiado ruido en cualquier esquina, pero donde nosotros nos encontrábamos hacía un ambiente perfecto para charlar.
¡Rayos, ni siquiera el ambiente me apoya para no iniciar una conversación! Pensé.
Nos miramos y sonreímos, pero ninguno de los dos se atrevía a hablar. Le miré una vez más y él se aclaró la garganta y por fin rompió aquel silencio tan denso.
— ¿Te gusta la canción?—dijo y yo levanté una ceja.
—Sí, por supuesto ¿A ti?—joder que incómodo.
—Ajá—respondió con simpleza.
Dios, porqué estamos tan nerviosos, sabía que era por la incomodidad del día que nos habíamos conocido, pero eso era un tema que no estaba dispuesta a tocar.
—Este silencio me está matando, enserio—me confesé.
—A mí también, quizá bailar sea una buena idea—propuso. Me lo pensé un poco pero la idea me gustó.
Ambos nos acercamos al lugar donde algunos bailaban ya fuera por gusto o porque traían algunas copas.
Nos tomamos de las manos y comenzamos a bailar, músicas movidas unas vueltas y sonrisas no nos dejaban nos encontrábamos contentos felices, completos.
No importaba el ritmo que nos pusieran, sin saber nos ocupábamos, era algo único.
Desde ese día supe que él sería alguien especial.
Para mí.
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Eso que escribo cuando me acuerdo de tí
RomansaCallie es una chica de 18 años, tras terminar su primera relación amorosa decide que es momento de pasar la página, de dejar atrás aquella relación olvidando todo aquello que la daña y superando los fantasmas que aquejan este nuevo paso. "A veces me...