Capítulo 6. Time-Space

95 4 2
                                    

Si no hubiera estado tan sorprendida como lo estaba, habría podido soltar algún comentario ingenioso, o por lo menos, habría podido soltar algo. Si no lo hubiera estado, que lo estaba. 

Fruncí el ceño mientras miraba fijamente el guante que ahora cubría mi mano, el diseño era exactamente igual que el de los otros dos chicos, con la diferencia del color; este azul cielo, y el círculo que estaba sobre la palma de la mano, en el se distinguían dos colores, blanco y negro. Formando una mala versión del Jin  y el Yang, sin las curvas, solo separados por una línea totalmente recta que actuaba como horizonte. 

Seguí observando aquella prenda que se me pintaba tan rara como si fuera un perro de cinco cabezas, con patas de pollo, y ojos de gato. Aquello significaba algo, y aunque ya me hacía una pequeña idea de los que estaba pasando, no quería ni pensar que pudiera estar en lo cierto, ni de cerca. 

Levanté el rostro y fulminé al extraño con la mirada, que me la devolvió con la misma intensidad y una sonrisita pintada en los labios, que me incitaba a borrarla de un puñetazo, o de una patada en la entrepierna. Como mejor me pille. Eso también se la borraría de golpe. 

Su rostro cambió, como si hubiera leído mi cabeza y supiera en lo que estaba pensando, al principio pensé que era imposible, pero a esas alturas, ya nada me parecía imposible. El se dio la vuelta, de espaldas a mi, y empezó a caminar por la acera, a algún sitio que yo no conocía. Dudé unos segundos cuando al final, al ver como su figura se hacía más pequeña a medida que se alejaba, corrí tras él hasta alcanzarle y quedarme justo destrás de él, con apenas unos centímetros de distancia. A medida que caminábamos, más me convencía a mi misma de que en ese lugar no había nadie más que nosotros. Parecía un pueblo fantasma, como esos que salen en las películas de indios y vaqueros. 

Verle caminar, con sus movimientos ágiles y fluidos, me hicieron pensar en alguien a quién practicamente había conseguido superar, o al menos eso pensaba que había hecho, pero su cabello oscuro expulsó y eliminó ese sentimiento devolviéndome a la realidad y sacándome de un recuerdo que todavía no sabía si era algo bueno o malo, solo que en el pequeño instante en el que lo había recordado, había sentido un pequeño pinchazo dentro del pecho. 

El silencio se extendió entre nosotros, pero no me importó eso ni le di importancia, solo podía pensar en que mi cabeza daba vueltas y que repentinamente estaba muy mareada, con un deseo voraz de sentarme y esconder la cara entre las rodillas. Me pregunté qué tenía que hacer una persona, si quería ir hacia atrás y volver a empezar de nuevo. Entonces todas las cosas serían mucho más fáciles, normales, sabría lo que tenía que hacer para no cagarla. 

El suelo bajo mis pies pareció temblar, con una sacudida tan fuerte que me obligó a agarrarme a la espalda de aquel chico. Todavía no me había dado explicaciones sobre nada de lo que estaba pasando, pero algo en su forma de actuar me advirtió de que si le obligaba a hablar, no lo haría solo por el placer de contradecirme. En eso nos parecíamos, yo tampoco se lo diría solo para contradecirle. Parecía la clase de chico confiado de si mismo, que sabía la impresión y el impacto que causaba su físico sobre las personas, en especial sobre las chicas. También parecía la clase de chico que no aceptaba un no por respuesta, acostumbrado a que todos cumplieran sus órdenes en una milésima de segundo. 

Un susurro en mi cabeza, extraño, ajeno, pero a la vez familiar, me advirtió de que me equivocaba. 

El chico pareció darse cuenta de mis mareos, porque disminuyó el ritmo de sus zancadas, poniéndose a mi lado y, para mi sospresa, agarrándome con firmeza de la mano izquierda. Estaba fría en comparación con la mía, que siempre estaba caliente, ambas manos lo estaban, y aunque su mano no quitó del todo mis mareos, sí los disminuyó y me ató, como si se tratara de un ancla, al presente y al ahora, no dejando que mi cabeza vagara o que mis pies dudaran entre lo real y lo irreal. 

La cuenta atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora