1. Tras las cartas

1.9K 83 31
                                    

Ángel Mecánico

(Entre el capítulo dos "El infierno es frío" y el capítulo tres "El Instituto", después de la lucha de los cazadores con las Hermanas Oscuras)

William Herondale

Los cascos de los caballos se podían oír por sobre todo el silencio sepulcral de la noche, únicamente iluminada por los faroles que se encontraban en las aceras con una luz débil y titilante.

William Herondale estaba jugando distraídamente con su estela entre los dedos, queriendo mostrar cierta indiferencia hacia lo acontecido en la Casa Oscura pero en realidad se encontraba terriblemente fascinado, sobre todo con la misteriosa señorita Gray. ¿Por qué la habían retenido las Hermanas Oscuras? A decir verdad, la muchacha parecía completamente normal, con sus grandes y curiosos ojos grises que siempre buscaban una respuesta ante todo, Will había notado. Aún le hacía sacar una pequeña sonrisa interior su comentario sobre el séptimo círculo del infierno. La señorita Gray era asombrosamente crítica y no se callaba nada.

—Entonces, ¿no habían rastros de nadie más en la casa?—preguntó por enésima vez Charlotte mirando de Henry a Will.

—No—respondió este último—. No había señales de ningún habitante ahí ni en los edificios contiguos. Donde quiera que se encuentre el hermano de la señorita Gray no es por el lugar.

—Busqué en el edificio donde tenían la tenían cautiva, en todos los dormitorios, y encontré esto—dijo Charlotte sacando un fajo grueso de cartas dobladas—. Estaba bajo el colchón de, supongo, la habitación de la señorita Gray. Todas destinadas a Nathaniel Gray. Ese debe ser su hermano. Debemos leerlas; quizá nos de una pista sobre para qué la mantenían encerrada las Hermanas Oscuras.

—Pobrecilla—murmuró Henry mientras miraba a la muchacha inconsciente.

— ¿La llamas pobrecilla cuando mordió tu mano?—preguntó Will levantando una ceja.

—Lo hizo por defensa propia—dijo Henry encogiéndose de hombros—. Me acabo de curar con un iratze; no es nada grave.

— ¿Qué es eso que tienes en las manos, querido?—preguntó Charlotte mirando a su esposo.

— ¿Esto?—preguntó Henry alzando lo que parecían unos engranajes—. Los encontré en el sótano de las Hermanas Oscuras. Parecen unos artilugios mecánicos. Fabricados por Mortmain y Compañía.

—Pero, ¿qué hacían en el sótano de esas brujas?—preguntó su esposa entrecerrando los ojos.

—Solo el Ángel sabe—suspiró Henry—. Voy a estudiarlas, querida, y sabremos para que las utilizaban.

—Y ahora, ¿qué haremos con ella?—preguntó Will señalando con la barbilla a la muchacha de rizados cabellos castaños que seguía sumida en la inconsciencia.

—Darle posada en el Instituto. Vaya pregunta, William—le recriminó Charlotte—. Es parte de nuestro deber y lo sabes. Llamaré al Hermano Enoch para que la cure...y vea lo que es realmente.

— ¿No crees que sea una simple mundana?—preguntó Henry.

—No por algo la tenían las Hermanas Oscuras, ¿verdad?

Will recordó lo que las Hermanas le habían dicho. ¿Es que acaso la señorita Gray no era humana? Volvió la vista hacia ella; su aspecto era demasiado dulce y frágil, totalmente vulnerable después de todo lo que había pasado. Ella hasta el momento era lo más normal e incluso mundano que Will había podido encontrar; pero no en un mal sentido, sino en uno totalmente pacífico y sereno. De repente, al ver el rostro de Tessa Gray una vez más, una sensación de paz lo invadió de una manera que no había podido imaginar posible.

Tras las Cartas y más Relatos de Sombras |Cazadores de Sombras: Los Orígenes|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora