Dos años después de Princesa Mecánica
Tessa Gray
Aún le parecía extraño tocar el ángel mecánico y ser incapaz de escuchar su rítmico sonido.
Había pasado poco más de dos años y aún le parecía difícil no escuchar aquel sonido que solía reconfortarla y tranquilizarla cuando sus nervios de encontraban a flor de piel. Cada vez que lo agarraba por pura inercia lo sentía tan vacío que lo dejaba ir al segundo siguiente, acordándose que Ithuriel ya no se encontraba prisionero. Al final tan solo era un perpetuo recordatorio de todo lo que había pasado aquellos meses del año 1878. Lo cual no era malo, solo que resultaba doloroso.
Tessa había pensado guardarlo y dejar pasar aquella reliquia que tanto amaba, lo había intentado una vez, pero en el minuto siguiente se encontró a sí misma con el ángel aprisionado una vez más entre sus dedos, intentando volver a escuchar el sonido pero conformándose con tan solo contemplar el dije. No se encontraba lista para dejarlo ir. Aún no. Quizá en algún futuro encontraría las fuerzas necesarias para soltar a su ángel mecánico de una vez por todas. Pero aquel día no era en definitiva ese. Ni remotamente. Ese día iba a necesitar sentir hasta el más mínimo rastro de tranquilidad que Ithuriel le había otorgado durante tanto tiempo, y eso tan solo lo podía conseguir portando su ángel. Al menos esa vez.
—Te ves hermosa—susurró Charlotte con una sonrisa de oreja a oreja.
Tessa sonrió nerviosamente al reflejo de ambas.
Toda ella era luz. El vestido dorado era sencillamente ideal. Ni muy pomposo ni muy austero. Magnus supo realmente complacer su figura con aquella obra, y el resultado había sido fenomenal. Durante quince días Tessa había estado preguntándose si dejar que Magnus confeccionara el vestido había sido una buena idea. Y Will no había sido precisamente un novio muy comprensivo.
— ¿Te imaginas que se aparezca con un vestido lleno de plumas?—había sugerido una vez en medio de risas, ambos sentados en la azotea, contemplando Londres a sus pies.
—Will...
— ¿O qué tal si el vestido llega a tener purpurina por todos lados? No es que me moleste, a decir verdad, te sentaría bien ese estilo.
—Will...
—Ahora que lo recuerdo, menciono hace poco que la decoración con flores naturales en el pecho era el último grito de la moda en Francia.
—Te recuerdo que él está confeccionando tu traje, de igual forma.
—Y yo te recuerdo que las plumas y flores me vendrían bien. No es como si hubiera restricciones en las ceremonias.
—El Conclave tiene reglas—le recordó Tessa con una sonrisa.
—Por Raziel, Charlotte me adora. Soy intocable.
Tessa rio y trato de imaginarse un vestido confeccionado por Magnus. La risa le duró poco, imaginándose a sí misma en uno de ellos.
—Si Magnus hace un vestido totalmente inapropiado—dijo Tessa—, prométeme que no te reirás.
—Tessa, cariño, tú eres la que debe prometerme eso. Después de todo, también escuche que los sombreros de caballero con plumas de pavo real es la última moda en India.
Pero al final, Magnus había dado en el clavo con respecto a todo. Charlotte no había parado de parlotear acerca de ese vestido y de cómo jamás había visto uno semejante en ninguna otra ceremonia—ni siquiera la suya—, con las faldas amplias, la cintura ceñida, las mangas a los codos con una suave caída y los hombros descubiertos. Sin purpurina ni plumas ni mucho menos flores, felizmente.
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Tras las Cartas y más Relatos de Sombras |Cazadores de Sombras: Los Orígenes|
FanfictionWilliam Herondale rescató a Tessa Gray y se encuentra totalmente fascinado por ella. Todos sabemos como Tessa se enamora de Will pero, ¿sabemos como Will se enamora de Tessa? Recordemos que, de por medio, existían unas cartas. Unas cartas, un collar...