Un filofobico puede amar, claro que lo puede hacer. El amor que un filofobico siente hacia alguien es sin duda un amor gratificante e inmenso.
El filofobico siente, el filofobico sufre en silencio, y Samuel hacia eso.
Este es el caso de Samuel de Luque, un chico de 23 años de edad que se encuentra estudiando el segundo semestre de idiomas en la universidad de Madrid. Samuel posee de un gran cuerpo, es irresistible ante todas y todos, pero su depresión hace verlo una persona bastante fea.
Su situación familiar no era muy ordinaria y estable, su padre los abandonó, prefiriendo cuidar y atender a sus padres que a su hijo y esposa, y eso poco a poco le generaba bastantes pensamientos negativos, hasta que esos pensamientos pasaron a transformarse en una gran depresión.
Era lunes, el día no tenia un clima muy favorable, el cielo se tornaba de unos colores grises, se podía notar cierta escala de grises en la nubes, el viento parecía de invierno, era bastante gélido, ráfagas iban y venían, los arboles se movían y generaban un sonido que encajaba con el clima del día de hoy.
Samuel salió de casa, su madre le dejó todo alistado ya que al castaño se le hizo tarde.
Al caminar, el castaño disponía de una bufanda en su cuello, pero tras las fuertes corrientes de viento, este mismo se la arrebató haciendo que la bufanda terminase en el suelo, en el suelo mojado.
Menudo clima se cargaba la ciudad de Madrid, corrientes de frío como en el invierno, gran porcentaje de lluvia como en verano, el clima era un caos, y pensar que se encontraban en la estación de primavera.
Al llegar a la universidad, Samuel pudo notar que la mayoría de las personas que se encontraban en el pasillo principal tenían pareja, desde el fondo de su corazón anhelaba estar así junto a la persona correcta, pero era más su miedo que su amor y esperanzas.
Solo era capaz de guiar la mirada al suelo para evitar todo tipo de contacto visual con terceras personas, así son los días de Samuel.
El castaño no es de tener muchos amigos, de todos los cincuenta alumnos de su salón solo le hablaba a diez, pero se juntaba nomas con dos, Magnus y Alex.
Magnus y Alex son sus dos mejores amigos de la universidad, y sus dos mejores amigos de la infancia. Aquella amistad la reconfortaba más de dieciocho años, una amistad que durará hasta la muerte.
Al llegar con sus amigos, Samuel siempre expresaba una imagen radiante de felicidad y estabilidad en su interior, a simple vista se veía que es un chico feliz y muy alegre, el sabia que desde el fondo no era así, era un chico que necesita de alguien quien arme todas las piezas de su corazón y alma para poder dejar atrás esta fobia, para matar la Filofobia.
Tanto Magnus como Alex eran los únicos que sabían sobre el secreto de Samuel, sobre su fobia al amor.
El maestro llegó y todos pasaron al salón para dar comienzo con la clase del maestro Ivan, el maestro de Ingles Británico.
El día era esplendido para Samuel, el clima era favorable para él, las clases del día de hoy eran las que el consideraba las mejores de todas las que el tenía.
El timbre de receso sonó, y los tres amigos salieron a la cafetería para poder degustar de un buen desayuno, al tener cada uno su desayuno, pasaron al comedor. El comedor se caracterizaba por ser tranquilo y ordenado, era un buen lugar para pasar el rato de receso.
La convivencia de los tres era muy divertida y relajada; las personas que se relacionaban con Samuel sabían que él era una persona orientada a la bisexualidad, gustaba de chicos y chicas, y el dar a conocer sus preferencias hacia los demás le hizo sentirse mejor consigo mismo.
Los tres chicos pasaban el receso haciéndose bromas y demás cosas de ese estilo, pero todos se detuvieron cuando llego Carol.
Carol era una compañera de Samuel de su taller de Dibujo, ambos entablaban una buena relación de amigos, parecían como si se conociesen de toda la vida, la gente que los veía juntos pensaban que era una feliz y enamorada pareja, pero la realidad era una muy distinta.
—Hola, Sam.— Expresó Carol con un sonrisa que irradiaba alegría.
—Hola, Carol.— Dijo Samuel parándose de su lugar para saludar a Carol con un beso en la mejilla.
—Oye, Sam, quisiera decirte algo importante.— Dijo Carol con una voz delicada, como si de un secreto se tratase.
—Dime, ¿Qué es lo que me tienes que decir?.
—Me gustaría decírtelo en privado.
Ambos se alejaron, pero Samuel les hizo una señas a sus amigos expresando de manera corporal que ahora regresaba.
Ambos caminaron por los pasillos de la universidad, en busca de un ligar más privado y tranquilo que el comedor.
Fueron directo a espaldas de la universidad, donde se encontraban los verdes pastos, llenos de color, llenos de vida, expresando que la primavera estaba en su pleno auge.
—Samuel, te quiero, me gustas.— Dijo Carol con suma firmeza en cada una de sus palabras.
—Yo...
—Me gustaría intentar algo contigo, Sam.— Carol se acercó al castaño y extendió sus frágiles y blancos brazos al rededor del abdomen trabajado de Samuel.
Samuel no tardo mucho tiempo que safarce de aquel abrazo de Carol. Carol quedo confundida por la actitud del castaño, llenándola de dudas e inseguridades.
—Lo siento.
Sin decir más, Samuel caminó dejado atrás a su amiga, dejándola con unas simples dos palabras "lo siento", sin más que decir, estas situaciones le resultaban muy dolorosas a Samuel, el miedo ataca después de terminar este tipo de cosas, provocándole que se aleje de esa persona hasta perder cualquier comunicado, hasta que los lazos formados terminaran hechos pedazos, perdiendo a la persona.
Samuel llegó con sus amigos al comedor, solo llegó por su mochila y se retiró de la universidad.
Magnus y Alex se voltearon a ver mutuamente y ambos comprendieron lo que le ocurría a Samuel, el miedo en él ha regresado. Los dos salieron del comedor para poder ir tras Samuel y hablar con él, hacerlo sentir mejor y hacer que su miedo se despeje.
Ambos alcanzaron a Samuel, Magnus estiró su brazo para coger a Samuel y de manera repentina Samuel fue directo a Magnus, abrazándolo como si fuera la única persona en el mundo, rompió en sollozos débiles para que la demás gente no lo escuchara, Alex al ver lo ocurrido se abalanzó hacia sus dos amigos, los tres quedaron juntos, juntos en un abrazo que señalaba solidaridad, abrazos de los que Samuel necesitaba demasiado.
—Todo esto terminara algún día, Samuel.— Dijo Alex pasando sus dedos sobre los delgados y castaños cabellos de Samuel.
Magnus le dio un beso en la frente en señal que el estaba para todo lo que necesite, este tipo de afectos era común en estos tres chicos, afectos que ya eran de lo más normal.
Alex y Magnus acompañaron a Samuel a su casa, donde pasaron el rato haciendo tonterías para poder hacer que el castaño dejara de sufrir por aquella peculiar fobia.
Que sería de Samuel sin la amistad y compañía de Magnus y Alex, sin ellos el futuro de Samuel sería sumamente diferente.
El defecto que Samuel tenia es que a la hora de enfrentar los problemas el trataba de buscar distintas alternativas para poder evadir aquel problema.
El tiempo avanza, y los amigos de Samuel optaron por irse a su casa, y sin más que hacer, el castaño dio inicio a sus deberes para poder tener la mente más despejada de lo ocurrido en la universidad.
Su vida no era fácil, el desea que todo sea un sueño, que todo esto del amor terminara siendo algo que no daña, algo a lo que se le debe de tener miedo.
El día siguiente era tranquilo, no había muchas clases, pero aun así Samuel salió de su casa pensando en el día que sería feliz. Imaginando una vida en la que el miedo al amor no existiera, en el que fuera feliz junto a su pareja, una vida donde la Filofobia no existiera.
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Filofobia || Wigetta
FanficUna de las fobias más curiosas es la fobia a estar enamorado, o Filofobia. Este trastorno de ansiedad puede tener un efecto en la vida social y emocional de persona que lo sufre. En casos graves, el filofóbico puede no solamente evitar amores potenc...