Capítulo 14

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"Voy a besarte." ―Lauren.

-¿Por qué no la llamaste?.- Me preguntó Ariana, indignada, cuando nos encontramos en la cafetería al mediodía.

-Porque no sé qué decirle.- Respondí siendo tan honesta como pude.

Lo cierto era que había marcado el número de Camila para llamarla, había esperado un tono e inmediatamente me había arrepentido. ¿Qué clase de estúpida habría sido al llamarla? La peor de todas, seguro. Me gustas, Camz, y no puedo evitarlo. Era una línea tan patética que incluso a mí me daba náuseas.

-Dile la verdad, Laur.- Exclamó con énfasis.

-No es tan fácil.- Confesé.

De repente, ella sonrió y me miró suspicazmente.

-Lo es.- Entonces al decirlo, miró a la entrada de la cafetería y sus dientes relucieron.-¡Camila!.- Gritó.

Mi cuerpo se tensó y supe, sin necesidad de voltear la cabeza, que la estaba llamando.

-No eres capaz de...-

Ariana me señaló con su dedo índice en cuanto una sombra se proyectó a mi lado, quedé muda.

-Lauren quiere hablar contigo.- Susurró, y poniéndose de pie agregó: -nos vemos luego.-

La sombra a mi lado se convirtió en un cuerpo y el cuerpo en Camila.

En Camila mirándome con disgusto.

-¿Qué quieres?.- Preguntó bruscamente. ¡Quiero dejar de ser una cobarde y decirte la verdad! Mi boca se selló, rehusándose a decirlo en voz alta.-No tengo ganas de perder el tiempo, ¿sabes? Quiero almorzar y...- Se estaba dando la vuelta cuando hablé.

-Almuerza conmigo.- Le propuse cogiéndola de la muñeca.

¡Por Dios!, yo le había dicho eso. Ella se giró y meneó la cabeza, visiblemente enojada... ¿o confundida?

-No sé cuál es tu plan, pero no quiero ser parte de él.- Masculló. Su mirada fría me confundió, y acto seguido se desprendió de mi agarre.-Mira Lauren, es obvio que hay algo entre nosotras que nos está incomodando.- Reconoció.-Creo que lo mejor será que lo olvidemos. Volvamos a un mes atrás, cuando no nos conocíamos, y nos alejemos.- Habló serena.

Sus palabras se sintieron como miles de misiles golpeándome, aun así no me desmoroné.

-Hay varios inconvenientes.- Susurré logrando que mi voz saliese constante.

-¿Cuáles?.- 

Camila entornó los ojos, parecía querer irse y querer quedarse. Las dos cosas al mismo tiempo. Me apresuré a hablar antes de que se inclinara por la primera opción.

-Primero, soy una nerd.- Declaré sonriendo sin saber por qué.

-No hace falta que lo digas.- Acotó ella, devolviéndome la sonrisa, aunque esta vez más sincera.

-Y como nerd.- Proseguí fingiendo no escucharla.- No suelo olvidar, sólo recordar.-Soltó una risa que me hizo estremecer y se sentó frente a mí. Evidentemente se había decidido por la segunda opción.-Segundo, no te conocí hace un mes. Te he visto todos los días desde que comenzamos la preparatoria, que tú no me hayas visto es otra cosa. Y tercero...- Miré hacia mi comida, sin poder sostenerle la mirada.- No me alejo de las personas que quiero.-

Ante mis últimas palabras, vi su cuerpo volverse rígido.

-Yo... no...- Balbuceó. Parecía nerviosa, en busca de palabras. Entonces se puso de pie y miró alrededor.- No debería estar aquí.-

Si sus palabras anteriores habían sido como misiles, las últimas cuatro habían sido una bomba atómica. Me hundí en mi silla. Y yo no debería estar intentando decirte lo que siento, pensé. Aun así, lo estaba haciendo. La vi coger su bandeja y entonces se la quité. Ella me miró mientras la dejaba sobre la mesa, y sin dudarlo un mísero segundo más atraje a Camila hacia mí y la atrapé entre mis brazos.

Un silencio abrumador se expandió en la cafetería.

-¿Qué haces?.- Cuchicheó.

La vi tragar con fuerza.

-Voy a besarte.- Susurré mirando sus labios.

Pensé que ella se soltaría de mí, dándome una fuerte y merecida bofetada, dejándome en ridículo. No sucedió. En cambio, sólo la vi sonrojarse.

-Todos están mirando.- Alegó.

-Y eso es lo que querías, ¿no?.- Cuestioné.

Ella sacudió la cabeza a la vez que parpadeaba como saliendo de un trance.

-No, Lauren. Yo...- Su voz se quebró.

-¿Perdiste una apuesta con la perra y te obligó a besarla frente a todos? Eso me suena creíble.- Oí que se jactó una voz acercándose. No despegué la mirada de Camila, pero supe a quién pertenecía aquella voz que desbordaba crueldad.- ¿Te pagó para que la beses, Jauregui?.- Volvió a entrometerse Shawn, llegando a nuestro lado.

-No.- Le respondí.

Entonces tomándola de la cintura posé mis labios sobre los de Camila. Al principio me fue difícil controlarme, pero rápidamente me tranquilicé y la besé con suavidad. Ella tenía la fórmula perfecta para hacerme débil. E increíblemente paciente.

Consciente de todas las miradas alrededor, dejé dos besos castos en sus labios que lograron serenarme y me alejé mordiendo su labio inferior.

Sabía que lo hecho tendría consecuencias. Y por la expresión de Camila, supe que no serían buenas.

Así que, adelantándome a su accionar (o quizá evitándolo) Me fui de allí.


Estúpida Lauren (Camren. Adap)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora