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Capítulo dos {Mutuo}
Relato Namgi

Era un sentimiento mutuo, de eso no había duda, pero... Que alguno se atreviese a dejar su orgullo de lado y lo expresase, era un tema completamente a parte.

Se observaron fija y detenidamente, paseando sus pupilas desde el cabello hasta los labios, los hombros, la ropa, las piernas... Ambos imitaban el movimiento ocular contrario, se deseaban, estaba claro.

Uno suspiró con frustración, el otro revolvió su propio cabello con rabia.

Vamos... Sólo son dos palabras, ambos pensaron, más ninguno abrió la boca.

Dieron un paso hacia adelante, movieron sus brazos, tosieron, observaron su alrededor, lo bueno de esa incomoda situación, era que no se encontraba nadie más ahí, por lo menos no en ese momento.

De nuevo, sus ojos hicieron contacto, el más viejo reposó su mano izquierda en la cintura de aquel de piel pálida, ladeó la cabeza y acarició con su pulgar, el otro, más joven, reaccionó al tacto llevando su mano derecha a la nuca de el que era más alto.

¿Debían acercarse más? ¿Qué sucedería después? ¿Sería correcto lo que hicieran?

Bien, tenían que comprobarlo, debían probar para saber el resultado, al fin y al cabo... A parte de desearse, ambos se querían ¿No? Porque Yoongi sí lo quería, y vaya que lo quería, pero... ¿Y si estaba equivocado y Namjoon no se sentía de esa forma? Tenía miedo, después de haberse asegurado a sí mismo que el sentimiento era reciproco, tal vez, y sólo tal vez, lo reciproco se resumía en el deseo carnal.

Pero así como le temía a la duda, temía por preguntar, porque sería muy ridículo preguntar en aquellas circunstancias "¿Me quieres?"

Otro paso más, sus pechos chocaron, sus latidos se sintieron, ya no había vuelta atrás, si ambos corazones arremetían con tanta fuerza ¿A qué le temía? Quiso burlarse de sí mismo por ser tan tonto, y en un arrebato de confianza, presionó su agarre en la nuca del mayor y besó sus labios.

(...)

-No puedo creer que se haya ido... -suspiró y le dio un sorbo al humeante café que contenía su taza, en su mano tenía un trozo de papel con una nota escrita por el mayor.

-Namjoon siempre ha sido así, no hay nada de lo que sorprenderse Yoonie -se encogió de hombros, terminando el contenido de la taza que Yoongi le había ofrecido-, en fin, debo volver al trabajo -se puso de pie y pasó sus manos por su ropa-. Por cierto, gracias por el té, lamento lo de Namjoon

Yoongi asintió en su sofá, escuchó la puerta cerrarse cuando su amigo se fue, y soltó una maldición arrugando el trozo de papel. No era lógico, porque Namjoon lo quería ¿no?, porque si no lo quería, ¿qué había sido ese latido tan loco y similar al suyo? ¿Por qué había sido tan dulce con él? Nadie era dulce sólo por deseo, se trataba de cariño, tenía que ser cariño. Recordó la noche anterior, recordó las caricias, las palabras, los besos... Dios, había sido tan ingenuo, Namjoon malditamente lo había engañado.

42 Minutos con BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora