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Capítulo doce {Pendejo}
Relato Yoonkook

Sinceramente no sabía qué era lo que le gustaba de ese pendejo.

No sabía porqué había terminado aceptando ser su novio.

No sabía porqué le gustaban tantos sus dientes gigantes.

Lo único que sabía, era que le gustaba, y eso, se supone que era lo único que debía tener relevancia.

-Hyung, creo que deberías darme un beso -afirmó sonriendo y mostrando sus dientes, recordándole a Timmy Turner de los Padrinos Mágicos, ¿Dóde estaba la gorrita rosa?

-¿Y por qué? -preguntó bufando, arrugó el entrecejo y se cruzó de brazos, ¿Quién se creía ese mocoso para decirle lo que debía hacer? ¿Y, un beso? Ja.

-Por que soy tu novio -agregó con obviedad, acercándose más al pálido. Ah, era verdad, con razón.

-Bien -sentenció encogiéndose de hombros y descruzando los brazos para sujetar la cintura del menor, que por cierto, le gustaba bastante.

-Hyung, besame ya -alegó colgándose del cuello del pálido, Yoongi aún no entendía por qué se había terminado en él, si era un mocoso engreído que creía tener la autoridad de darle ordenes sólo por el título de novios que ahora llevaban, frunció más el ceño y le besó la mejilla derecha de mala gana. Además, tampoco entendía por qué ese mocoso se había fijado en él, o sea, entendía una parte, porque Yoongi se consideraba bastante guapo y con mucho Swag pero, fuera de eso, tenía una actitud muy hostil, era orgulloso y tenía mal genio cuando lo despertaban, o cuando comía, l cuando tenía hambre, bueno, la mayoría del tiempo, por no decir siempre, Yoongi gozaba de mal genio.- ¡Hyung! Un beso... Un besito de esos que nos damos en... -se apresuró a cubrir los labios del menor con los suyos en un simple topón, evitando así, que siguiese hablando. Jungkook sonrió con las mejillas sonrojadas y abrazó con fuerza a Yoongi.

-Sueltame -exigió, mientras una sonrisa amenazaba con asomar por sus labios.

-Hyung, aprobé matemáticas -le informó con orgullo, y Yoongi también se sintió orgulloso, sabía que el mocoso era capaz.

-¿Y? -fingió no darle importancia, entonces Jungkook le golpeó el hombro, se apartó lo suficiente para verle el rostro, tenía un puchero y el entrecejo arrugado.

-Hyung, yo sé que usted está feliz por mí -y unió sus labios, besándolo como a Yoongi le encantaba ser besado.

Tal vez, Min Yoongi, sí sabía por qué le gustaba tanto ese pendejo.

42 Minutos con BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora