42 Minutos con BTS

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Capítulo seis {Velada}
Relato Namkook

Mensaje tuyo, sonrisa mía.

Era la frase que repetía Jungkook cada vez que recibía una notificación o mensaje de parte del Líder de Bangtan. Le fascinaba ese hombre, lo admiraba por todo su empeño, esperaba por sus elogios que nunca tardaban mucho en llegar.

"Lo has hecho genial, Kook", " Sigue así, Kook", "Tú puedes, Kook. Tú siempre puedes", " Eres perfecto, Kook"

Sonrió recordando las millones de veces que el mayor le había dicho esas palabras, y entonces, un mensaje llegó, y su sonrisa se amplió.

Vamos a cenar, Kook.

Bien, iban a cenar. Jungkook hiperventiló y corrió a su armario para ver que ponerse, debía verse muy guapo para estar a la altura del Líder de Bangtan.

(...)

-¡Hyung, Hyung! -sus mejillas se sonrojaron y apresuró su andar hacia la mesa en la que el moreno se encontraba.

-Jeon, hasta que llegas -molestó, sonriendo y mostrando así su hoyuelo, Dios, su hoyuelo.

-Perdón, Hyung, es que tuve que ducharme -admitió con las mejillas coloradas, sentándose frente al mayor.

-Bien, al menos estás limpio -se encogió de hombros y llamó a la camarera.

-¿Y los demás, Hyung? ¿Por qué no están?

-Pensé que querías que estemos a solas... Pero puedo llamarlos -levantó el celular con la mano derecha, dispuesto a marcar el número de la casa de BTS, sintiendo algo de decepción por la pregunta de su bebé, aunque Jungkook no supiese que era su bebé.

-No... Hyung, estoy feliz así -susurró e hizo un puchero, la camarera apareció y pidieron lo que iban a comer.

-Entonces... Kook

-¿Si, hyung?

-¿Hay alguien que te guste? -la pregunta tomó desprevenido al maknae, y se sonrojó hasta las orejas, Namjoon, por otro lado, mordía su labio inferior, ansioso por conocer la respuesta del menor.

-Pues... Usted, hyung -susurró lo más bajito que pudo, más, el líder sí lo escuchó, pero evitó sonreír y probó al menor una vez más.

-No, Jeon, digo... De forma romántica -aclaró como quien no quiere la cosa, Jungkook observó sus manos con algo de pena, acababa de declararse y el mayor había confundido las cosas, suspiró y decidido, observó los ojos del contrario, frunció el ceño y habló.

-Por eso digo, hyung, que usted me gusta -murmuró con seguridad, Namjoon sonrió y entrelazó sus piernas con las del menor por debajo de la mesa.

-Ya lo sabía, Kook... Yo... Tú igual me gustas -murmuró porque, después de todo, seguían en una zona pública.

El maknae sonrió y comieron en silencio, con las mejillas sonrosadas y las sonrisas incrustadas, fue una hermosa velada.