10 cosas que hacer antes de morir //STEREK//

Día 10: quiero vivir

Un mes.

Un mes pasó, antes de que Stiles dejara de caminar. Al principio los dolores eran comunes, soportables hasta cierto punto, las dosis de medicamentos mermaban el dolor y cuando eran demasiado fuertes, Stiles dejaba que Derek lo aliviara. Pasó un tiempo en que el castaño se había acostumbrado a su nueva rutina, jugar videojuegos con Scott o ir a pasear con él por ahí, y terminar robando dulces de una tienda y salir corriendo, con Scott llevando a Stiles en silla, hasta que el moreno tenía que parar a respirar por su inhalador, también pasar tiempo con su padre en la comisaría, leyendo sus casos y metiendo las narices donde no se debe, hasta que hacía enojar a su papá y lo mandaba a molestar a Derek, a la otra oficina, allí era un poco más difícil porque tenía que contenerse de robarle un beso al mayor frente a sus colegas, pero es que le encantaba verlo trabajar, sobre todo cuando se cabeceaba en un caso, arrugaba su entrecejo concentrado y la mirada fija en los documentos. Imperturbable, o hasta que llegara el menor, y comenzara a darle besitos en las mejillas y a moverle las pestañas para desconcentrarlo.

Ese día su padre y Derek tuvieron que salir de urgencia de la casa por un llamado de un nuevo homicidio, Derek quería quedarse, pero Stiles insistió que en una hora no iba a suceder nada, además que el llamado los pedía a los dos. Su padre tampoco estaba de acuerdo, prefería que Derek se quedara por las dudas, pero la insistencia de su hijo y que los últimos días había estado relativamente bien, lo hizo suspirar y encogerse de hombros.

- Una hora – le había dicho, no demorarían más, sino Derek volvería antes que él, Stiles fue a celebrar victorioso, pero John lo paró en seco y apuntándole con un dedo le advirtió. – mantén el celular a mano y aléjate de la cocina, no te quiero allí.

Stiles se había quedado riendo, estuvo feliz de tener la casa solo para él, así que decidió poner una película, estaba decidiendo qué película poner cuando decidió primero hacer unas palomitas, fue rápido espero que las palomitas terminaran de saltar en el microondas para verterlas dentro de un plato de plástico, iba camino al sillón echándose una palomita a la boca tras otra cuando ocurrió, fue como si algo se hubiera desactivado, indoloro, solo dolió el golpe al caer al suelo, al principio Stiles pensó que había tropezado con algo, y quizás con su propia torpeza se le habían enredado los pies, cuando quiso levantarse fue cuando se dio cuenta que no había tropezado, sus piernas no respondían, comenzó a sobarlas, quizás se le habían dormido, pero nada, sus piernas no respondían y no había dolor en ellas, su respiración se volvió agitada y sin darse cuenta las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

- Despierten – suplicó sin dejar de tocar sus piernas. – por favor... ¡muévanse!

Derek llegó primero, sabía que algo había ocurrido, lo sintió en su cuerpo y su lobo se puso en alerta, cuando entró a la casa llevado totalmente por sus instintos, no tuvo que ni buscar a Stiles por la casa, su aroma de desesperación lo llevó directamente a él, cayó de rodillas al suelo y lo abrazó hasta que el chico dejó llorar.

Su padre junto a Derek lo llevaron al hospital, pero poco pudieron hacer, eso era uno de los síntomas más agresivos del cáncer, en pocas palabras Stiles estaba en su cuenta regresiva, y el médico decidió que era el momento de ofrecer los cuidados paliativos para el paciente terminal. Derek decidió que no era necesario que Stiles escuchara todo eso, así que, acurrucándolo en sus brazos como un niño pequeño, lo llevó a la sala de espera donde lo dejó dormir apoyado en su pecho tranquilo, ajeno a la discusión que su padre estaba teniendo con el médico.

El hombre insistía a John que internara a Stiles, para que pudiera ir a cuidados intensivos, pero el mayor estaba decidido en respetar la única petición que le había hecho su hijo, morir tranquilo en el resguardo de su casa y cama. Y él no iba a privarle de eso. Al final se llegó a un acuerdo en que su médico de cabecera haría los cuidados en el hogar, con el apoyo de una enfermera.