No hablamos durante tres días después de nuestra estúpida pelea y creo que es una de las peores decisiones que pude haber tomado. No encontraba el valor para hablar con él y cuando llegaba una pequeña ráfaga de fuerza, me refugiaba en el querer que él se disculpara primero.
Sentía repulsión por mí misma, un asco que ni siquiera puedo lograr describir, los dejé solos en uno de los momentos más desgarradores que pasarían en su existencia entera y eso logró hacerme sentir como una terrible persona.
Él y los niños habían entrado a mi vida sin ninguna advertencia. Algo me encadenaba a esa familia y no se trataba de la petición de Clarisse, era porque en realidad, ya los quería demasiado.
Cada vez que observaba a Ashton, me enamoraba más de él, me enamoraba de la manera en la que mira a sus hijos, la manera en la que les habla y en la que frunce el ceño cuando ve que un chico se despide de su hija. Me enamoré de su mirada burlona cuando Audry y Aaron lo abrazan de repente después de que él deja de abrazarme para poder contestar el celular. Me enamoré de lo seria que se torna su voz al contestar el teléfono y lo temblorosa que es cuando le hablan de su jefe. Me enamoro cada día más de su sonrisa, de las pequeñas arrugas que se forman en el costado de sus ojos, de sus hoyuelos y sus preciosos labios.
Algo dentro de mi seguía molesta con Ashton por todo lo que había dicho aquella mañana, pero también lo entendía. Seguro se sentía triste, confundido, preocupado y frustrado por la situación, no lo culpaba por reaccionar de esa manera, tal vez fui yo la que exageró.
En un total de tres días he comido 6 rebanadas de pizza, 3 tazones de palomitas de mantequilla y dos litros de helado de fresa. Tampoco he podido trabajar, todas las ideas de artículos nuevos llegan a mí mente, pero cuando quiero plasmarlas en la computadora, se me hace imposible formar aunque sea una simple oración, así que vuelvo al principio, a mirar la pantalla del celular en la que puedo ver claramente la opción de "llamar" debajo del nombre de Ashton y una foto que tomé de él desprevenido en un parque cerca del colegio de los niños, sonreí al ver la foto y sentí mis ojos llenarse de lágrimas una vez más.
Repasé una enorme lista de los pros y los contras posibles que implicaban marcar el numero de Ashton, decidí no hacerlo por décima vez en el día y encendí el televisor después de arrojar el celular al costado del sofá.
En estos tres días sin Ashton he podido entender una cosa, es sano para la mente pasar tiempo sólo, tienes que saber lo que realmente se siente estar a solas sin necesitar a otra persona, pero había estado mucho tiempo así y ya no lo necesitaba. Estaba harta de sentirme de esta manera.
Posiblemente, pasar unos cuantos días solo no tiene tanto impacto en las emociones de alguien, pero había pasado tantas cosas meses y años atrás, que situaciones tan simples como esta, lograban golpearme de una manera inimaginable. Varias llamadas de mis tres mejores amigas llegaron a mi celular en estos días, sólo las ignoré y envié un mensaje para hacerles saber que estaba bien.
Realmente soy el tipo de persona que disfruta estar sola.