LEEN.
Me levanté del asiento lentamente, mientras Ashton seguía abrazando a los niños.
Dirigí la vista hacia la enfermera, quien estaba detrás de Ashton con expresión neutral.
Audry dejó de abrazar a su padre y se recargó en la pared mirando a la nada, caminé un par de pasos hacia ella, pareció notarlo y se alejó unos metros.
"Audry..."
"No, Lenn"
"Vamos" me acerqué a ella, pidiendo a Dios que me dejara abrazarla. Sé lo que se siente perder a alguien y en verdad quería tratar de hacerla sentir mejor.
"Estoy bien, Lenn. Déjame"
Mordí el interior de mi mejilla y asentí.
"Está bien" dije en voz baja.
Y ahí estaba, quieta, mirando la escena sin saber qué hacer.
Asomé la cabeza a la ventana de la habitación en la que estaba Ashton hace unos minutos. Varias enfermeras cambiaban las sábanas y las llevaban a través de una puerta que se encontraba a unos metros de las máquinas que ahora se encontraban desconectadas.
Las chicas hablaban entre ellas, movían las manos animadamente y reían. Era increíble el hecho de que llega el momento en el que este tipo de sucesos ya no te afectan en lo absoluto.
Escuché la voz de Ashton, quién trataba de decirme algo que no logré entender, debido a su respiración entrecortada.
Jalé la manga de su camisa suavemente y lo acerqué a mí para poder darle un abrazo, me rodeó con los brazos y recosto su cabeza en mi hombro. Aún podía escuchar sus sollozos.
"Tranquilo..." murmuré en su oído y acaricié su espalda suavemente. "Van a estar bien".
Aaron se acercó a su hermana aunque ella le dijera que no lo necesitaba, cuando él la abrazo, ella comenzó a llorar desconsoladamente en su hombro.
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No había más sonido que pudiera escuchar además de las bocinas ruidosas de los demás automóviles.
6: 19 a.m era la hora que marcaba el tablero del silencioso vehículo.
Saqué mi celular discretamente y leí la hora, sólo para asegurarme de que ésta estaba correcta. Metí el celular en mi bolsillo cuando verifiqué que la hora era la misma.
Dirigí mi mirada al espejo retrovisor intentando de visualizar a Ashton. Cuando logré verlo, su mirada conectó con la mía en el pequeño objeto reflejante.
Agaché la cabeza y me recargué en el asiento a esperar a que llegáramos a casa de Ashton.
"¿No van a ir al colegio hoy?"
Él preguntó a sus hijos en un tono serio. Yo fruncí el ceño.
"No lo sé" susurró Aaron, no había estado hablando desde el hospital, son las primeras palabras que le había escuchado decir en estos 45 minutos.