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La niña llegó a su hogar junto a Simón, no se había percatado de cerrar el portón trasero pero ésta vez si lo había hecho.

Miku entró a la casa e intentaba idear un plan para que no la regañaran, pensaba contarle a sus padres sobre su nuevo amigo, ella como una damita de primera, sus padres no querían que estuviera en peligro de ningún tipo, en pocas palabras la adoraban demasiado como para no tenerla por unas horas en la casa, asique es educada en casa.

También recibe clases de danza, canto y otras cosas más que no se había mencionado como francés, chino e inglés. Sus padres la tenía como a una princesa dándole todo lo que la hiciera feliz, sin olvidar lo más importante, el cariño que le tenían. Así era, lo que más les importaba era su hija.

La aguamarina se había limpiado apropiadamente y se había arreglado como una señorita, se había sentado en su cama a ver un libro con dibujos y varias frases que leía en voz alta.

-L-la...las a..ada...hadas s....son....- Le daba dificultad leer aún, pero se ayudaba recordando las noches en las cuales su madre le elía varios cuentos y ella observaba que es lo que leía.

Sólo miraba al techo los grafities de hadas, ponies y aves que tenía en su techos y en las paredes, preguntandose como sería ese mundo imaginaría y ser una bella princesa.

-Mi deseo es volver todos los sueños y cuentos realidad- Sus pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de una pueeta abrirse en el primer piso asique se paró sobre su cama y miró a travéz de la ventana. No podría ver al visitante; pero podrías oir mejor o incluso ver la sombra a travéz se un pequeño muro que separa la entrada principal del patio trasero.

Ella salió corriendo al piso inferior y se detuvo frente a una señora jóven de al menos unos 25 años de edad, pués era una señora , estaba casada hasta donde la niña sabía.

-Hola pequeña Miku- Le dojo amablemente la empleada a la niña moentras le acariciaba la cabeza

-Ho-hola- Decía un poco ruborizada, lo cual a la contraria le daba suma ternra

-Eres muy adorable pequeña- Dijo la mayor entre risas

Ella era una amiga cercana de su madre, así que estaban en confianza para quedarse con la
primogénita.

La niña crecía y su amigo también, ámbos ya tenían más de 6 años, sólo que Mikuru núnca había hablado con sus padres sobre el rubio; para ellos, él era un completo extraño.

El día era ventoso, y algo húmedo. A quién engañaba, era un verdadero diluvio, una inmensa tor.enta que acechaba a la comunidad.

La pequeña se asomaba por la ventana que había en su habitación que avistaba hacia el patio trasero, completamente aterrada de que algo malo le fuera a pasar a su amigo.

Su madre la buscaba preocupada, hace varios meses su hija andaba algo diferente a lo que acostumbraba ver en ella, su pequeña princesa en varias semanas comenzaría sus lecciones, y no le parecía que fuera por ello. Fue a su cuarto y la observó a travéz del espacio que se veía de la puerta entre-abierta, tratando de averiguar la razón de la actitud de su primogénita.

-Te....quiero....- Dijo la chica sin quitar mirada hacia el exterior separado por la ventana, se oí suma preocupación en su voz

La Señora Hatsune no tuvo de otra que acercarse a la niña y abrazarla, hablaba de alguoen ovviamente, tal vez su hija estaba pasando por la típica etapa de amigos imaginarios, pues no había conocido a otros niños de su edad ántes, aunque sea algo grande pasa eso.

-¿A quién extrañas?- Le pregunta la mayor con serenidad en su voz y una cálida sonrisa

La aguamarina sabía que no podía romper la promesa de no revelar a su amigo, pero no le quedaban más opciones

-A Len, mi amigo- Dijo sin quitar la vista hacia el vidrio

-¿Len?, ¿Cómo es pequeña?- Le pregunto la madre algo curiosa

-Un niño que conocí hace mucho tiempo- Dijo bajándose de la cama y poniendose sus zapatillas

-¿A dónde crées que vas jovencita?-

-Iré por Len- Dijo firme la niña y salió corriendo a toda velocidad hacia la puerta principal, a su suerte, la empleada había dejado las llaves puestas sin darse cuenta, y ésta aprovechó la ocación, parándose de puntillas para girar las llaves, abrir la puerta e irse hacia el puente.

La madre completamente abrumada se puso su abrigo, sacó la sombrilla, llamó a su esposo y salió en busca de la niña. Desesperadamente no sabían hacia dónde se había dirigido, a su suerte tenían a un compañero de rastreo, Simón por orden de su amo mayor autoridad fue siguiendo el rastro de su ama menor.

No pasaron más de 10 minutos en que el canino fuera hacia el puente, los padres completamente asqueados no comprendían el por qué su primogénita iría a un lugar como ese, y más aún, el cómo lo halló y cuando. Los mayores entraron cuidadosamete a su interoor, no tardaron mucho en escuchar llantos y un "¡Ayuda!" Entre lágrimas, ámbos completamente preocupados aceleraron el paso y vieron una situación completamente agena a la esperada.

-Mikuru Selene tendrás que explicarnos ésto- dijo su madre muy seria

Aquí lo dejo para no hacerlo tan largo, espero que les haya gustado, voten y comente, si comparten mi historia estaría muy agradecida :)

~Miku-Sama_Hatsune~♡

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