2. Segundo

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(N. de la A.: Hola, disculpen la tardanza. Acá va el segundo capítulo u-u)

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Mientras Baekhyun se hundía en casa al paso de los meses, sin poder encontrar una labor estable, Chanyeol brillaba en su trabajo nuevo. Había renunciado él mismo al anterior, aceptando la oferta de una clínica privada, donde ganaría mucho más dinero haciendo básicamente lo mismo: analizar las muestras en el microscopio.

Ahí fue donde conoció a Kyungsoo, el único enfermero en medio de todas las chicas de su sección, que se paseaba con gracia entregando las muestras y sacando sangre por la enfermería. A Chanyeol le agradó desde que compartió un par de palabras con él acerca del trabajo, a las cuales respondió con indiferencia, sin mayor interés por el chico nuevo.

Con la insistencia de Chanyeol, Kyungsoo terminó por fin prestándole atención y aceptando ir a tomar un café en la cafetería de la clínica durante su receso. El enfermero terminó siendo más bien tímido, no indiferente, y a menudo le costaba hablar de él mismo. Al nuevo le encantaba, y sin saber por qué, quizás por mero impulso de ver su reacción, le dijo que estaba soltero. Olvidándose de Baekhyun y de todas las discusiones que últimamente se convertían en peleas dentro de su hogar.

Chanyeol a menudo se frustraba de la inutilidad de Baekhyun dentro de casa, además de que no lo contrataran en ninguna parte por el mismo motivo. Se preguntaba por qué había estudiado una carrera para la cual tenía cero aptitud, le venía bien sólo escribir artículos subjetivos de temas que él mismo vivía, y eso era todo. No era una mente brillante reporteando tampoco.

Llegaba cansado a casa, y al saber que tenía que preparar la cena trataba de tragarse su enfado. Sabía que Baekhyun había intentado varias veces que su arroz no se quemara o de dejar bien cocido el estofado, fallando siempre en un descuido; y no entendía cómo se le iba a hacer tan duro algo tan básico como cocinar. Pero también sabía que él mismo no le permitía acercarse a la cocina, en parte era su culpa.

A pesar de ello, cuando salían palabras hirientes de su boca dirigidas directo a Baekhyun, no podía evitarlo, y cuando éste contraatacaba con lo mismo o aún peor, comenzaban a alzar la voz, terminando a gritos. Chanyeol los callaba de una vez por todas con golpes, a veces bofetadas, a veces puñetazos.

Cuando se daba cuenta del error al oír los sollozos de Baekhyun en su habitación, le pedía disculpas, pero siempre recibía la misma respuesta: <<es mi culpa también, lo siento>>, y ya no se sentía tan mal por lo que había hecho.

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—¿Cómo va tu relación con Chanyeol? — le preguntaba ligero Jongdae, como si fuera otra pregunta cualquiera mientras Baekhyun abría con cuidado la bolsita de azúcar para añadirla a su té con leche.

Se tensó al oír la consulta, derramando un poco de azúcar en la taza, pero sonriendo al instante para disimular al responder:

—Bien, aunque aún no me acostumbro a ser un mantenido —Esperaba que Jongdae no se diera cuenta de alguna marca en su cuello, cuidadosamente cubierto con una bufanda gruesa y con su abrigo. Por lo menos, era invierno y casi todos andaban así o peor de abrigados.

La noche anterior no había discutido con Chanyeol, pero sí tuvieron sexo. Siempre se desquitaba con él de una manera u otra, a veces pegándole o a veces haciéndole el amor sabiendo que no quería, de una forma animal, tomándolo de sorpresa y dejándole marcas de chupones en su cuello.

A Baekhyun cada vez le daban menos ganas de hacerlo con él, había perdido el deseo, disminuyendo aún más con cada golpe. De todas formas, no se atrevía a decirle que no porque comenzaba a temerle.

Cristalizado (chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora