Cristalizado (chanbaek)

9. Epílogo

[Nota de la autora: Hola, gracias por esperar. No se estresen por los saltos de tiempo, lo siento por ser así:( gracias por leer! Y van 4 canciones porque esto salió largo]

Música sugerida:  Oblivion - Bastille

Sparks - Coldplay

Twins - Gem Club

Love like this (Acoustic) - Kodaline

*

—Mira, Jongin, ésa casa se está vendiendo, ¿y si vamos a ver?

—¿Para qué querrías ver tú una casa? siquiera tienes para comprarte tu propia hierba —Jongin se dio la vuelta para irse, pero su amigo no se movía. Estaba embobado viendo la edificación llena de enredaderas secas escalando por los techos, vidrios rotos y flores muertas. Le encantaba ese tipo de cosas.

—No lo sé, quizás cuando nos casemos con una linda chica queramos tener una casa como ésta. Yo digo, para tener referencias y...—Sehun se detuvo y dio un suspiro, cabreado, sabía que Jongin no se había comprado toda esa mierda: —Está bien, dicen que está embrujada ¿si? ¿quieres entrar ahora o qué?

Antes de trepar por la reja como un par de ladrones, miraron a ambos lados, cerciorándose de que no hubiera nadie o podría llegar la policía y si los atrapaban la madre de Sehun iba a armar un lío por lo mala junta que según ella, era Jongin. Ya los había pillado la policía en cosas raras un par de veces antes, y no estaba muy contenta que digamos.

—¿Cómo que está embrujada? ¿te crees todo lo que te cuentan? —Le susurró Jongin mientras rodeaban lo que suponían alguna vez fue el jardín delantero hasta llegar al patio trasero.

—En parte sí, pero es interesante, ¿no crees? Mira, por ahí —Dijo señalando un ventanal con el vidrio roto, sería fácil entrar por allí—. Mataron a alguien aquí —Sehun lo miró lo más serio que pudo, como queriendo provocar terror, y sin más metió una pata por el ventanal hasta adentrarse entero.

—Bien, no creo en fantasmas —Le respondió Jongin burlón, metiéndose con la cara llena de risa tras él.

* * * *

Nunca antes, en aquel barrio residencial, habían tenido tantas sirenas de policía y ambulancia juntas. Chanyeol salió quieto con las manos esposadas siendo encerrado directamente en uno de los coches más asegurados de la policía para que no tuviera oportunidad siquiera de pensar huir. Desde ahí pudo distinguir cómo entraban y salían de su casa, probablemente inspeccionando todo, sus cosas, las de él. No sentía nada ahora, nada en absoluto.

No tenía miedo de ir a la cárcel. Tenía miedo de seguir vivo.

Le contó todo a los detectives, como él lo recordaba. Les habló de Kyungsoo, de la pelea, pero omitió algunos hechos importantes, tales como que lo mantenía encerrado, sin trabajo y que lo golpeaba casi siempre, por todo, además de abusar de él. Pero éso lo descubrieron después juntando evidencia y testigos.

El mismo día en que lo arrestaron lo dejaron en la celda de la policía mientras esperaba por el juicio en un par de días. No comía ni bebía nada, ni tampoco podía dormir. Cerraba los ojos y la escena se repetía una y otra y otra vez ante sus ojos, causándole ganas de vomitar y de morirse. Dentro de ese lapso, su padre fue a visitarlo:

—Ya conseguí un buen abogado, vendrá a verte por la tarde. Puede lograr que te den una condena muy baja y quizás, si las cosas van bien, escribo un cheque y te olvidas de todo esto.