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—¿Sabes en lo que estaba pensado?

—Oh, no, aquí vamos de nuevo.

—En que el rosa te favorece.

Michael le guiñó el ojo izquierdo y sonrío seductoramente.

—Pensé que ya habíamos pasado esta parte.

—¿Cuál parte?

—En la que dejabas de ser un idiota.

—Ah, no. Esa no es una parte, soy así siempre.

—Uff, me alegra saber eso. —el rubio rodó los ojos y siguió limpiado con un pequeño trapo el mostrador.

—Me alegro.

—¿Por qué aún sigues aquí? ¿Qué no se supone que si tu hermana no encuentra su disfraz ideal deberían irse a otra tienda y buscarlo?

—Uh, si, hablando de disfraces, ella ya lo compro hace dos días.

—Ajá... ¿Y?

—Lo que quiere decir que podré dejarla en casa para que no me interrumpa... —elevó una ceja. —Si sabes a lo que me refiero.

—No, no sé a qué carajos te refieres y no me importa. Si no vas a comprar algo, será mejor que te vayas, porque tengo muchos clientes que atender.

—¿Clientes? Este lugar está vacío.

—¡Si, muchos clientes en mi imaginación! ¡Ya, largo de aquí!

—Ay, que gentil. Las cosas se piden con la palabra mági-

—¡LARGO!


Ig: anneth.4z

Tutú [muke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora