#Ele

Capítulo 9 - Planificación apresurada

Ele estaba nerviosa. El recorrido ya había acabado y tanto Monty como los demás ya se habían ido a sus respectivas habitaciones. Ella ahora tenía una, la misma en la que había despertado, y no paraba de revisarle cada rincón. Aún así, todo su esfuerzo era en vano, no importa donde buscara, jamás encontraría la ropa que llevaba puesta y mucho menos las pastillas.
También estaba expectante de saber cuándo acudiría Monty a visitarla, ya que le dijo que volvería en unas horas a hablarle de algo. Ya habían pasado al menos tres horas.
A pesar de esperarlo con ansias, no podía recibirlo con la habitación como estaba. La había dejado hecha un desastre con su incansable búsqueda. Cuando se dispuso a ordenar todo lo que había tirado, la puerta fue abierta; Monty había llegado.
- ¿Qué pasó aquí, Ele?- Ella lo miró con una expresión de sorpresa y horror, sudando por todas partes.- Ya entiendo, ¿crees que te haremos algo, verdad?- Ella asintió, aún sabiendo que no era por ello que había revisado y desordenado todo. Monty sonrió y dijo:- Tranquila, aquí no somos como en esos laboratorios.
- Sí, bueno. Está bien.- dijo ella algo nerviosa.- Querías hablarme, ¿no?
- Sí, y justamente es por algo relacionado a los laboratorios a los que ibas. Cuéntame Ele, ¿qué te hacían allí?
Ambos se sentaron, Ele en la cama y él en una silla plástica que había en la habitación.
- No era nada muy grave, las pruebas que me hacían no solían hacerme nada.
- La última si pareció afectarte.
- No lo sé, debería repetir el experimento para saberlo con certeza, ¿no cree?
- No estoy a favor de esas cosas, Ele. Lo sabes.- Metió su mano en el bolsillo y sacó una de las pastillas naranja y roja.- Pero si tanto la quieres, tómala.
Eso hizo. Apenas Monty acabó la frase, Ele se movió tan rápido que él apenas pudo ver su mano tomando la pastilla y llevándosela a la boca casi instantáneamente. La tragó sin dudar en un segundo y se quedó cabizbaja sonriendo, quieta por completo.
- Como me imaginaba...- exclamó Monty decepcionado.- Eres adicta a esta pastilla. La estuve investigando, ¿sabes? Es una droga de La Tierra; parece que produce fuertes alucinaciones.- Ele seguía quieta.- Y por cierto, ya me veía venir esto. La que te di era falsa, no te daremos las reales.
Algo en ella estaba a punto de explotar. Quería ver su realidad, necesitaba a la voz, y no le gustaba que jugaran con ella de ese modo. La pastilla no era algo con lo que debían molestarla.
Con la cara roja y los dientes apretados se levantó de la cama, tomó al saomomo del cuello y lo presionó contra la pared. A Monty se le dificultaba respirar y no podía quitarse de encima a Ele, no se esperaba tanta agresión.
- ¿Dónde están las originales?
Monty no podía responderle, si con dificultad aún respiraba era porque se esforzaba para hacerlo, ni se le cruzaba por la cabeza intentar hablar. Pero de un momento a otro, de tan fuerte que Ele lo extrangulaba, Monty se desmayó y ella lo dejó caer de vuelta en su silla.
Ahora ya la había cagado, no saldría de esa impune si la gente de La Cueva se enteraba. Sólo le quedaba escabullirse hasta otra zona e intentar huir por donde pudiera. No estaba en sus planes atacar así a Monty, no era un mal tipo. Ésa no era la actitud que solía tener, no era ella la que actuaba.
Mientras pensaba en estas cuestiones, salió de su habitación sin casi hacer ruido y se movió tan sigilosa como sus nervios le permitían hasta la sala de control de los tubos de agua. Se metió ahí, trabó la puerta y se quedó mirándola, escuchando si alguien se acercaba desde afuera.
Al cabo de varios minutos, alguien se acercó a la puerta e intentó abrirla. En su desesperación, Ele buscó algo con lo que defenderse si lograban abrirla. Encontró un cuchillo tirado y lo empuñó con su mano izquierda. La persona del otro lado no paraba de intentar abrir la puerta, pero estaba trabada desde dentro, si lograba abrirla sería a la fuerza.