RDS16-RDS23: Los vídeos Parte 2

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Veo a muchas personas alrededor de mí. En realidad no me siento en peligro. Es como si ninguna de estas personas me pudiera hacer daño. Todos pueden verme y yo a ellos, pero no entiendo, no puedo distinguir si están sonriendo. Por momentos parece que están muy lejos o muy cerca de mí. Creo que sonrío un poco. De entre la multitud salen a empujones algunas personas, puedo ver a un chaval como de doce años, bastante flacucho, pero con una mala leche que se nota mucho, al igual que un hombre cuarentón con ropas muy rasgadas que no deja de mirarme con gran odio mientras otra chavala un poco regordeta me mira con gran desprecio, como si yo le diese asco. De un momento a otro comienzan a caminar, se acercan a mí sin cambiar sus expresiones. El extraño olor a tierra mojada me relaja, pero al mismo tiempo me augura algo malo. Una humedad cálida en mis zapatos me distrae mientras estas personas, con su mirada penetrante no dejan de lanzarme insultos de manera anormalmente intermitente mientras mis lágrimas se escurren desde mis rodillas hasta el suelo, como lloviendo sobre mojado.

Mis ojos se abren y todo está iluminado por el sol, la luz que entra por la puerta de esta especie de sala donde duermo llena todo el lugar. Intento levantarme, pero distingo un frío debajo de mí, me destapo por completo y puedo ver mi pantalón húmedo junto con el sillón. Llevo mis manos a la cabeza. Realmente me siento como todo un imbécil en este momento. Al bajar la mirada puedo ver un grupo de distintos objetos de limpieza, cada uno con un número escrito en una cinta adhesiva de papel. Al parecer Mario se dio cuenta de esto antes y me hizo este pequeño favor.

Me levanto y cojo el recipiente con el número 1 y comienzo a aplicar uno a uno los diferentes objetos, diferentes líquidos y algunos cepillos. Cuando siento que el sillón está lo suficientemente limpio, veo un trapeador tirado en el piso, entonces muevo el sillón pero antes de trapear la marca del charco con la humedad faltante, veo una pequeña nota. "La ducha de arriba no funciona". No lo sé, siento que esto más que una molestia, es algo cómico, siempre y cuando olvide la el detonante de este desastre.

Una vez terminado mi trabajo, busqué entre mi mochila algo de ropa, por suerte mi yo anterior... él, por lo menos trajo un cambio de ropa limpia... lo que significa que no me he cambiado de ropa en varios días.

Bajo y veo a la hermana de Mario viendo la televisión, lo de siempre. En estos días me he estado despertando bastante tarde, de hecho creo que ni siquiera he visto a Mario, él solo entra en ese cuarto extraño a "trabajar" y no sale hasta la tarde.

Entro al baño que está justo enfrente de este cuarto y me dispongo a darme un buen baño. Me desnudo por completo y veo mi cuerpo. Puedo notar cada cicatriz, muchos raspones sanados, moretones que parece que nunca se irán, esperando que la imagen sucia de este yo se valla luego de este baño.

Me coloco justo debajo de la regadera, con la intensión de abrir ambas llaves (Caliente y helada) y dejar la principal al final. La abro rápidamente y dejo que mi cuerpo sienta, en cada centímetro de él, el frio raspar del agua fría inicial, que al final fue la única.

Aun con el agua fría, mi cuerpo se sentía aliviado, como si estuviese en remodelación. Me quedo bastante rato en esta regadera. Siento todo mi cuerpo, ahora todas esas marcas de dolor que vi en mi cuerpo, de alguna manera se convierten en trofeos sin nombre, que me evidencian como sobreviviente de muchas cosas. Cada sitio de mi cuerpo guarda un valor simbólico de éxito que mis manos reconocen al pasar sobre éste. En este momento me siento tan bien conmigo mismo que ni el agua fría logra detener mis impulsos.

Salgo de la regadera sintiéndome como nuevo, completamente relajado. Me visto con el nuevo cambio de ropa y salgo del baño pisando mis tenis como si fuesen pantuflas. Voy a la cocina y al abrir el refrigerador veo lo mismo para preparar esos sándwiches de siempre, y me pregunto si hay algo más. Al no encontrar nada más, me pregunto si podré encontrar algo en la tienda, otra carne u otro cereal.

Zombivlog: Los recuerdos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora