RDS25 : Rabia

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-Que chido parque. Éste si está cuidado, no como el de aquí atrás.- Dice Javier mientras nos balanceamos sobre este gigantesco columpio.

-La verdad sí se está bien aquí.- Respondo con gran comodidad.

Continuamos balanceándonos por un buen rato. Luego aparece un hombre fornido con gorra militar que nos detiene en seco y nos observa desde nuestras espaldas con gran malicia.

-¡Váyanse de aquí!

-¿Ves?- Evidencia Javier. –Te dije que te iban a sacar.

Justo terminando de escuchar la voz de Javier giro mi vista para mirar su cara burlona, pero ya no está. El hombre, ahora gigante, me levanta y suspende de cabeza hasta dejarme colgado en algún sitio que no está en ningún lado.

"Que se valla" -¿Qué?- "No quiero volverlo a ver" -¡No!- "¡Lárgate!" ¡No! ¡Por favor!- ¿De dónde vienen esas voces? -¡NOOOO...!- La gigantesca mano suelta mis piernas y caigo al abismo de ningún lado. Solo quiero llegar al final y romperme todos los huesos, pero que termine esto. "Vete por favor" –No- Solo eso puedo susurrar mientras mis lágrimas flotan junto a mí y se van quedando por detrás. Con mis ojos llorosos, ergo vista borrosa, puedo ver el final, como un eterno deja vu. Puedo ver a una persona. Está sujetando algo. Está de frente a mí. Tiene un cuchillo... y lo está apuntando a mí. Estoy a punto de llegar. Mejor cierro los ojos y esto pasará rápido.

Me he detenido. No sé cómo pero me he detenido en seco. Mis ojos recién abiertos pueden ver uno de mis sables. Lo sujeta una chica. Su rostro está completamente cubierto con la sombra de sus risos. Comienza a caminar mientras yo no puedo moverme del sitio en que estoy flotando. Tiene el sable apuntando directamente a mi pecho y sigue avanzando... ya lo ha tocado. Justo ahora siento más curiosidad por el rastro a penas notorio de una sonrisa en su rostro. Siento el sable entrar en mi pecho y atravesar mi corazón. Entra tan lentamente que puedo sentir cada pequeña imperfección del sable cortando con más profundizar. Mi cuerpo está petrificado ante el dolor. Mi principal sonido ahora son simples crujidos repartidos entre mis dientes y mi garganta. El sable se hunde cada vez más y la chica termina por estar justo frente a mí. Suelta el sable y pegando su cuerpo al mío termina por enterrar el mango completo... quizá eso me importaría si el dolor siguiese ahí... si no estuviese recibiendo este cariñoso abrazo.

...

Acabo de despertar... no sé describir cómo. Es como si me hubiese despertado de golpe... sin embargo no fue así, con la misma sorpresa pero no con la misma reacción. De hecho creo que estoy un tanto a gusto.

Miro a mi alrededor, de alguna manera deberé volver a ubicarme. La habitación de Javier está un tanto desordenada. Hay insuficiente espacio para caminar, a mi parecer, y esos agujeros en el techo que hicimos hace mucho con un palo de escoba comienzan a parecerme molestos.

No sé qué me pasa. Creo que mejor iré a comer, tengo demasiada hambre para pensar con claridad. Busco por la alacena, los muebles de debajo, hasta el horno pareció buena opción, sin embargo no hay nada. A ver. No es como que Javier tuviese toneladas de comida pero por lo menos tenía bastante. No creo que haya tomado todo y se haya largado caminando con un montón de bolsas que ni los dos juntos podríamos cargar.

Esto comienza a ser demasiado raro. La luz de la mañana se hace cada vez más intensa mientras yo pienso en cómo puedo conseguir comida. No cogí nada de casa de Mario y no sé si sea buena idea regresar ahí. Siento que no debo hacerlo.

Luego de pensar en muchas y diferentes formas de conseguir comida me resigno a que la única opción "segura" sería volver con Mario y reabastecerme para comenzar a buscar a Javier.

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⏰ Última actualización: Aug 27, 2017 ⏰

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