Después de que Mery renunciara a ser la tutora de Xavier, Ámbar continuaba ayudandole, pero por alguna u otra razón el rubio siempre se las arreglaba inventando una excusa para que lo ayudara la castaña. Ámbar sin reproche se ponía a sus ordenes perdonándolo cada vez en nombre del gran amor que le tenía y esto no le ayudaba en nada, convirtiéndolo así su peor defecto siendo ingenua al pensar que le hacia un favor a su novio mientras que el chico comenzaba a servirse de ello.
El en cambio gozaba de su bello defecto aprovechándose de la situación podía decirle que el cielo era rosa y a ella no le importaría por que se había convertido en alguien manipulable y fácil de moldear.La amistad entre Ámbar y Mery había sido la mejor por tres años seguidos inclusive unos meses antes a distancia pero la ultima semana Mery había comenzado a juntarse con el grupo de las populares un cuarteto de chicas de buena posición social dentro y fuera del instituto, mejor conocidas como las dolls, su líder la esquelética de Stacy, la morena y atlética Aline, Anastasia la rubia inteligente, Michel la diva y ahora la cereza del pastel era Mery.
Ambas amigas aun se frecuentaban fuera de clases debido a los distintos grupos de los que formaban parte y la distancia había afectado su amistad.
— ¿Quieres venir esta noche a mi casa? — pregunto Mery.
— No puedo, le dije a Xavier que lo ayudaría con dos proyectos — dijo Ámbar.
—¿Le ayudaras o tu los harás? — volvió a preguntar.
—Bueno, los haré yo.
—¡Es enserio Ámbar! — gritó Mery — Diario tienes que trabajar el doble en algo que no te corresponde y ese estúpido no mueve ni un dedo. Siempre es lo mismo.
— Mery es mi novio y además hoy tenia que salir con sus padres. No fue por que el no quisiera hacerlos.
—¡Oh vamos! — exclamó Mery — ¿tu le creiste?
— Mery tu lo juzgas muy mal, es mi novio, me quiere y me protege recuerdas tu primer día con nosotros, él me defendió de Hellen. Los chicos a los que les arrojamos globos agredían al hermano de Chris y el quiso darles una lección. No es tan malo Mery.
—Si claro, el te defendió no sin antes haber discutido yo con Hellen.
—Pero me prefiere a mi antes que a ellos.
—Dime cuantas veces te ha defendido de ellos como aquella vez. Esa bola de idiotas solo de juzgan, te agreden, te humillan y te utilizan.
— No deberías de opinar así cuando tu también juzgas a la gente o a caso olvidas a tus amigas, las odiabas no querías hacer equipo con ellas, rogaste al profesor para que cambiaras de equipo y terminaste siendo una de ellas. Ahora puedes estar contenta ya perteneces a algo ya eres alguien.
— Bueno creo que ambas pensamos distinto ahora, por algo Stacy dice que no podemos ser amigas de ustedes y es mejor que ambas sigamos ese ejemplo — Mery tomo su bolso y se dirigió a la salida.
Ámbar quedo sola en su habitación y perpleja tras haber puesto fin a una amistad de tres años, aunque nada era seguro muchas veces antes ya habían discutido, ambas chicas eran distintas pero entre ellas habían buscado una forma de complementarse mientras que Ámbar era reservada y dedicada a sus estudios Mery siempre había sido mas extrovertida y coqueta.
Los siguientes días Ámbar y Mery habían dejado de hablarse por completo y no era que Ámbar estuviera sola y aburrida aun tenia al grupo que la había aceptado desde un principio pero aun extrañaba a Mery no era lo mismo sentarse frente a la computadora esperando un mensaje de ella sabiendo que nunca llegaría.
Mientras Ámbar se encontraba recostada en su cama y la portátil en el escritorio su celular vibro y rápidamente ella se incorporó de la cama, se acerco al escritorio para tomarlo y contestar esperando oír la voz de Mery, su emoción se desvanecio, aunque no del todo.
ESTÁS LEYENDO
Lagrimas de un corazón suicida
Teen FictionÁmbar una chica dulce e ingenua de 16 años, comienza la preparatoria lejos de sus viejos amigos y principiante en el juego del amor se ve envuelta en una sería de desastres del corazón seguida de desgracias y contratiempos que la llevaran a descubri...