Capítulo 8

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La niñez de Marina no había sido exactamente feliz.

Había momentos, por supuesto, que eran tan felices que Marina pensaba en ellos cada vez que las cosas iban mal. Una manera fácil de subir el ánimo cuando no había alcohol o Rusty estaba muy lejos.

Pero, la mayor parte del tiempo, las cosas no habían ido muy bien.

Había sabido desde pequeña que no tenía una infancia normal, por una gran cantidad de motivos. Una de las primeras cosas que recuerda notar es que sus padres eran diferentes a otros padres. Para empezar, eran mucho más jóvenes que los padres de sus amigos, o los que veía en la tele. A veces, la gente en los parques o en tiendas llamaba a su padre "chico" y Marina no entendía por qué.

Entonces, estaba la relación de quita y pon de sus padres.

Sus padres nunca se gritaron el uno al otro. Ambos habían tenido padres que gritaban y rompían cosas durante sus peleas, así que controlaban sus discusiones delante de Marina. Pero aun así ella sabía lo que pasaba. A veces las discusiones eran de broma, pequeñas burlas mientras sonreían.

Pero algunas de sus peleas eran reales. Tess se inclinaría sobre la mesa, miraría fijamente a Danny y diría algo cruel, algo que sabía que le haría daño. Danny se inclinaría también, sus ojos intentando convencerla de su próximo argumento. Los ojos de Marina los seguirían a ambos como en un partido de tenis, una observadora silenciosa.

A veces, Tess se iba. Marian tenía memorias de unos cuatro o cinco meses sin ver a su madre. Eran momentos en los que Tess necesitaba irse, y prometía que volvería por Marina, aunque terminara quedándose por Danny.

Pero Marina, en secreto, adoraba esos meses porque Danny se concentraría únicamente en su trabajo. Y sin nadie que le dijera que robar está mal, se llevaría a Marina con él. Hizo su primera vigilancia cuando tenía 6, el primer allanamiento a los 7, y para cuando tenía ocho ya podía forzar cerraduras y robar carteras como los mejores.

Para su decimosexto cumpleaños, su padre le regaló un set de ganzúas y una pistola. Nunca antes lo había abrazado con tanto entusiasmo.

Cuando tenía 17, Tess se fue durante tres meses, y cuando volvió hizo que Danny prometiera que no volvería a robar.

Cuando tenía 18, Marina encontró los planos de la casa de un traficante de arte, y estúpidamente nunca lo mencionó. Tres meses más tarde Daniel Ocean fue arrestado, juzgado y condenado. Aceptó la culpa por todo su equipo.

Dos días más tarde, Tess le dijo a Marina que ya no tenía padre. Marina no le respondió.

La mañana siguiente Tess fue a su habitación para descubrir que Marina se había ido. Cuando intentó llamarla, descubrió que había vendido su móvil.

Por mucho que le disgustaran, Marina echaba en falta sus discusiones. Al menos con las peleas había amor debajo de ellas.

Ir a Europa había sido la mejor decisión a tomar, y todavía no se arrepentía de haberlo hecho.

***

Había momentos en los que Marina se había planteado cambiar de oficio. Como cuando se tuvo que cambiar de su elegante vestido de gala por un uniforme del SWAT en medio de un garaje, junto a Turk mientras Virgil vigilaba, al otro lado Saúl, Rusty y Basher también se vestían rápidamente.

"¿Por qué rompimos, Mar?" Le preguntó Virgil mientras su piel se exponía y el disfrutaba de las vistas que hacía mucho no disfrutaba.

"Quería salir con tu hermano," contestó ella frívolamente, centrándose en las tiras del pesado uniforme más que en la conversación.

La ladronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora